¿Quién paga el precio de las Zonas de Bajas Emisiones en nuestra ciudad?

Opinión

Hoy voy a comentar mi opinión sobre un tema candente en nuestra ciudad como es la implantación de las zonas de bajas emisiones, de ahora en adelante ZBE.

La directiva 2016/2284 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de diciembre de 2016 habla de reducción de emisiones, de calidad del aire, de contaminantes, pero NO de ZBE.

Lo repito para los que no lo hayan entendido bien y que no nos manipulen con palabrería. No hay ninguna directiva europea que IMPONGA crear zonas de bajas emisiones. Lo que la UE establece son unos niveles máximos anuales de determinados gases contaminantes que no se deben superar. Sin embargo, cada país tiene libertad para aplicar los criterios que considere

más apropiados para cumplir con esos máximos y las ZBE aparecen reflejadas en la directiva 2008/50/CE, entre otras medidas, como una posible opción para alcanzar el objetivo.

Las ZBE pueden también afectar de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos que dependen de vehículos más antiguos y contaminantes, exacerbando las desigualdades. Para mitigar esto, países cercanos como Francia ha implementado previamente una medida de “arrendamiento social’, que brinda acceso a opciones de alquileres asequibles para vehículos eléctricos a familias de bajos ingresos, mientras que algunos países de la UE (como Alemania y los Países Bajos) ofrecen ventajas fiscales a las empresas para la compra de vehículos eléctricos. Hay colectivos que aclaran que las restricciones se va a basar en el etiquetado de la DGT, en muchos casos erróneas porque solo se tiene en cuenta las emisiones del tubo de escape, pero no otras emisiones contaminantes mucho más frecuentes en los vehículos eléctricos o SUV por su mayor peso y que son las PM2.5 producidas por el rozamiento de los neumáticos contra el asfalto y que desprenden partículas de plásticos y

metales pesados como cobre, plomo y zinc que inhalamos y producen graves enfermedades respiratorias y cardíacas, aquí tenemos un claro ejemplo con el BEI que está produciendo daños en los carriles exclusivos por los que circula, debido al sobre peso que tiene.

Entre esas medidas que aparecen en la ley detallo a continuación las más relevantes, es la mejora y un buen uso de la red de transporte público, que en mi opinión no ocurre en nuestra ciudad, un ejemplo son los horarios,

que en muchos casos no son compatibles con los horarios laborales, pongamos algún ejemplo:

• Personal sanitario, que cuando terminan su jornada laboral los autobuses urbanos ya no circulan.

• Los muchos trabajadores y trabajadoras que lo hacen en el centro comercial el Boulevard, donde ni siquiera el servicio de gautxori fines de semana y vísperas de festivos se acerca para poder acercar a trabajadores/as y usuarios/as a su domicilio.

• Personal de hostelería, de seguridad e incluso de ayuda a domicilio que no pueden sobrepasar cierto horario por no disponer de autobuses para volver a su domicilio.

• Tenemos polígonos industriales donde el transporte público no es malo, sino peor, y no todas las personas pueden ir en patinete o bicicleta, trabajar 8 duras horas y volver a sU casa en bicicleta.

Podría enumerar más profesiones a los que les afectaría mucho esas restricciones, hay que recordar que cada vez más personas viven en el extra radio.

Ya hay varias sentencias que anulan esas zonas ZBE, como Madrid Y Barcelona. La sentencia de Madrid incide especialmente en el hecho de que las medidas restrictivas adoptadas por la ordenanza afectan presumiblemente a las personas de menos capacidad económica, que se

ven impedidas o gravemente dificultados en sus posibilidades de acceder a nuevos vehículos que cumplan con las exigencias ambientales.

En mi modesta opinión, no es muy justa un cambio que acabaría con vehículos que funcionan perfectamente y con su ITV en regla, que dificulta la movilidad de las personas trabajadoras de nuestra ciudad o que viven en territorios colindantes, pero trabajan en la capital. Tampoco tiene en cuenta el Ayuntamiento a esos sectores, empresas o colectivos potencialmente vulnerables en estas restricciones pues ni siquiera contempla excepciones para familias numerosas, personas con discapacidad, jubilados y, por supuesto, residentes. Sencillamente se está obligando a los propietarios a cambiar de vehículo, desguazarlo o malvenderlo y a que se apañe como pueda para desplazarse.

Y habría que tener en cuenta que, si nuestro Ayuntamiento nos dice que no hay dinero para renovar nuestra flota de autobuses, algunos de ellos tienen 20 años y contaminan más que un centenar de coches particulares, como puede obligar que ciudadanos y ciudadanos que en el mejor de los casos con su sueldo solo les llegue para comer y pagar un alquiler, como les podemos obligar a comprar un coche nuevo, cuando el único que pueden disponer es un vehículo usado.

Encima de que no crean aparcamientos disuasorios gratuitos en los alrededores de las zonas ZBE implantan más calles con la OTA, que poca vergüenza.

Todo esto puede traer una consecuencia, ¿si no se puede circular por media ciudad, me van a cobrar la mitad del impuesto de circulación? Por supuesto que no, si no de que van a vivir nuestros representantes. Y si no siempre queda quitar los coches, porque para no poder circular, para qué los queremos.

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