La fábrica de Guardian en Llodio sigue en el aire. Mientras la Diputación Foral de Álava asegura que hay inversores interesados en salvar la planta, el Comité de Empresa advierte que las negociaciones apenas han empezado y que el cierre podría confirmarse en cualquier momento.
¿Inversores reales o solo palabras?
La diputada de Desarrollo Económico, Saray Zárate, afirma que Guardian «está en contacto con posibles inversores», lo que considera clave para mantener la actividad en la planta.
Tras reunirse con la empresa, ha insistido en que las instituciones siguen trabajando para lograr un acuerdo, aunque ha pedido «prudencia» porque, por ahora, no hay nada seguro.
También ha destacado que los inversores interesados son locales, lo que, en caso de éxito, ayudaría a mantener los empleos en la zona.
Críticas desde la oposición
EH Bildu ha criticado la falta de previsión de las instituciones. Su portavoz, Eva López de Arroyabe, ha recordado que la crisis de Guardian era previsible y ha lamentado la lentitud en la reacción del Gobierno Vasco y la Diputación.
«En solo dos semanas hemos visto de todo: falta de transparencia, decisiones tomadas a escondidas y ahora 171 personas en la calle. Se habla mucho, pero certezas, ninguna», ha denunciado.
Elkarrekin Araba también duda de la empresa. Según su juntero, José Damián García-Moreno, el comité de empresa les ha informado de que el apagado del horno «no se está haciendo bien», lo que lo dejaría inservible y obligaría a reconstruirlo si la producción volviera.
«Guardian solo quiere calmar la situación para que la gente busque otro empleo, como pasó en Glavista», ha advertido.
Los trabajadores temen lo peor
El Comité de Empresa ha mantenido una reunión con el Departamento de Industria y el Gobierno Vasco. La conclusión es clara: los contactos con inversores están en una fase muy inicial y no hay garantías de que se llegue a un acuerdo.
Además, Guardian ha convocado a los trabajadores a una reunión mañana, jueves 6 de febrero. Según el comité, en ella podrían anunciar un expediente de extinción, lo que supondría el despido de toda la plantilla y el cierre definitivo de la planta.
«Si se confirman los despidos, será demasiado tarde para reaccionar», han advertido los representantes de los trabajadores. Por ello, han anunciado que decidirán nuevas movilizaciones tras la reunión.