Por Idi Areilza | Cuáles nuestros valores y cuál nuestra misión ahora que el mundo se está convirtiendo en un terreno híbrido entre lo analógico y lo tecnológico. Gran pregunta que te planteo desconociendo aún si te atreves a responderme.
No sabes si mañana robots te despierten para desearte un gran día con un desayuno listo. Ni sabes si con un solo chip en tu cabeza descubras catorce idiomas distintos a la vez. Lo que sí has de saber es el lugar que ocupas en este nuevo mundo de mutación imparable. Pero, ¿cuál es este nuevo lugar propio del que te hablo?
Para ello has de conocer tu destino, tu misión, tu contexto tribal, quién eres tú.
En mi primer post te animo a hacer algo. Lo que sea con las herramientas y posibilidades de hoy día. Ahora te invito a que reúnas todos tus pensamientos en una única misión de vida. Porque, aunque el mundo se camufla entre pantallas, es intrínseco el valor especial que le vas a aportar tú a él.
Que hable de realidades sencillas no es en vano. Es más, esta sencillez común tiene mucho que ver con todo lo que voy a ir tratando de aquí en adelante. Y, supongo que por el hecho de que mi tarea entre otras sea escribir u opinar en el blog de un noticiario, he de expresar lo más básico de lo que conlleva la transformación tecnológica, especialmente la transformación digital, y humana.
En épocas de cambio donde unos ven crisis, tú ves oportunidad. Donde unos lloran por la lluvia, tú vendes pañuelos. Y lo haces porque reconoces tu valor para un mundo muy alternativo en este momento y sabes, de una u otra manera, tu verdad más esencial. Sabes quién eres tú y cuál es tu misión.
“Lo que uno puede llegar a ser, uno debe serlo”. Abraham Maslow