La construcción de la nueva depuradora de aguas residuales urbanas de Agurain sigue adelante con un presupuesto de 6.350.000 euros y un plazo de ejecución de 24 meses. En este periodo se incluyen 6 meses de puesta en marcha de la planta por parte de URA antes de que sea cedido al Ayuntamiento de Salvatierra, de cara a su futura integración en el consorcio creado en Álava para una gestión avanzada del ciclo del agua.
Las instalaciones de la nueva depuradora acabarán con uno de los puntos de vertido más problemáticos de Euskadi. Según el consejero Arriola, el deficiente funcionamiento de la actual estación ha sido la causa de frecuentes episodios de contaminación en el Zadorra y ha afirmado que “la nueva depuradora permitirá, si se gestiona adecuadamente, evitar que dichos vertidos se sigan produciendo”.
La depuradora dispondrá de un tanque de tormentas que, en momentos de precipitaciones intensas, permitirá retener los grandes caudales del agua de lluvia que se mezclan con las aguas residuales, impidiendo así su vertido sin depurar al cauce del río. Esta instalación supone una garantía adicional para un entorno especialmente sensible como es el curso superior del Zadorra, que desagua en el embalse de Ullibarri, principal fuente de abastecimiento de Euskadi. Además, incorporará un tratamiento reforzado de tres fases — pretratamiento, secundario y terciario—, de modo que las aguas tratadas sean devueltas al cauce del río con la mejor calidad posible.
El diseño de la EDAR ha sido dimensionado para que la instalación pueda tratar las aguas residuales de una población equivalente a 33.825 personas, de forma que, además de cubrir las necesidades actuales de la localidad y de su zona industrial, sea capaz de absorber el tratamiento de futuros desarrollos urbanísticos e industriales o la hipotética incorporación de las aguas residuales de otros municipios.
Asimismo, la nueva depuradora ha sido diseñada teniendo en cuenta la variabilidad natural de la estacionalidad de los caudales en la cuenca, sin que en ningún caso repercuta negativamente en los rendimientos de los procesos de depuración.
Hasta que entre en funcionamiento la nueva depuradora, el Ayuntamiento será el encargado de asegurar el cumplimiento de las condiciones de vertido fijadas en la vigente autorización.