
OPINIÓN
Los autobuses y los tranvías son una constante de quejas de usuarios que se preguntan dónde está la distancia de seguridad en estos espacios más allá del uso de mascarillas. Creo que la baja incidencia de Covid-19 en el transporte público es una «farsa«: «El número de brotes identificados está probablemente muy subestimado«.
En el transporte público, tal y como lo conocemos en nuestras grandes ciudades, es casi imposible identificar focos de transmisión.
Dificultades para rastrear contactos.
Está claro lo difícil que es seguir los rastreos en espacios como el tranvía o el autobús, mientras que «en tren o en avión es más fácil«: «Los viajeros tienen un billete, dieron su nombre en algún sitio al hacer la reserva, tienen un asiento asignado. Por lo tanto, es más fácil encontrarlos«.
La única forma de poder rastrear el contagio en el transporte público es Radar- COVID«. La utilidad de esta aplicación para móvil es una buena forma de rastrear a los contactos.
Varios estudios reflejaban que el transporte público no es un lugar especialmente peligroso para contaminarse; nos dicen que menos del 1% de contagios tienen lugar en el transporte público. Pero ese 1% «no tiene valor científico«. Los expertos dicen que «es un porcentaje de lo que encontramos, pero eso no quiere decir que sea el porcentaje de circunstancias reales de contaminaciones«.
Factores que aumentan el riesgo de contagio
Los científicos han reconocido que, pese a la poca fiabilidad de los datos, el riesgo de contagio en el transporte público es bastante bajo. Sobre todo han asegurado que depende del «índice de cumplimiento de las normas» y que el uso de las medidas no busca una efectividad al 100%, pero sí una reducción significativa del riesgo.
Todavía hay personas que usan la mascarilla por debajo de la nariz, lo cual no sirve de nada; otros, amparándose en algún informe médico, dicen que no tienen obligación de llevarla y no se dan cuenta del riesgo que supone para todos el no hacer un buen uso de ella.
También aumenta el riesgo de contagio cuando hay aglomeración de gente y no se puede mantener la distancia mínima de seguridad.
¿Cuál es el riesgo de contagio por coronavirus en el transporte público?
Ha sido una de las preguntas más repetidas desde el inicio de la pandemia. ¿El transporte público es un caldo de cultivo para el virus? Como ocurrió con el tráfico aéreo, los trenes, metros y autobuses se vaciaron de viajeros durante el estado de alarma. En los últimos meses han recuperado parte de su actividad, sin acercarse a los niveles del año pasado. Con la vuelta al trabajo y el inicio de las clases tanto en los colegios como en las universidades, algunas ciudades apuntan a que el riesgo de contagio en el transporte público está siendo más bajo de lo esperado.
Para que esto sea una realidad, se tiene que tener en cuenta el uso obligatorio de la mascarilla, las desinfecciones intensivas, la renovación de aire en los vehículos y una baja interacción social. En el transporte público los viajeros no deberían de hablar entre ellos, porque liberan más aerosoles o gotas.
Una compañía de filtros asegura que ha desarrollado el sistema de esterilización de aire más potente del mundo para cabinas de autobuses y autocares, dado que elimina, en un solo ciclo de flujo de aire, más del 95% de los virus, incluido el Covid-19, así como cualquier bacteria o moho presente en el aire que circula en la cabina. Independientemente de la fuente de infección, ya sea dentro o fuera del vehículo, los módulos que ha diseñado son eficaces durante todo un viaje del vehículo con pasajeros a bordo, si bien no se ha especificado un tiempo concreto.
Una de las ventajas de este dispositivo es que se trata de una solución independiente. Es una caja que se puede integrar directamente en los sistemas de aire acondicionado del vehículo. Utiliza tecnología de luz ultravioleta, similar a la que se usa en instalaciones médicas y hospitalarias. Los rayos UV funcionan como bactericida y germicida y pueden matar microbios como virus y patógenos. Los rayos impiden además que estos microbios se propaguen y pueden utilizarse como alternativa a otros métodos de desinfección, evitando el uso de productos químicos.
Se basan en tres capas de material no tejido y un revestimiento natural, compuesto por polifenoles (sustancias químicas de origen natural) de plantas, frutas, verduras y buenos oxidantes, que son capaces de bloquear partículas ultrafinas, gases nocivos, hongos, moho y ciertas partículas virales de más 0.0003 mm.
Aunque a nuestros dirigentes se les llena la boca hablando de la preocupación por nuestra salud, luego no lo demuestran día a día; parece que les preocupa más el tema económico.
Aquí, en nuestra ciudad, parece no importar mucho nuestra salud. Una línea de autobuses como la 7, que realiza parte de su recorrido por Sansomendi/Lakua, a pesar de que los últimos días se están haciendo pruebas PCR a 20.000 habitantes de toda la zona, TUVISA no ha sido capaz de retomar las frecuencias anteriores a la pandemia, que eran de 10 minutos. Ahora, mientras otras líneas han vuelto a esas frecuencias, la línea 7 está a 15 minutos los días laborales y a 30 minutos sábados, domingos y festivos. Todo esto conlleva que los autobuses vayan abarrotados, un ejemplo son las numerosas quejas que se están produciendo estos días en las líneas periféricas, aunque sea puntualmente, con el riesgo que ello tiene, tal y como he comentado antes. Hay que recordar que esta línea también es la que da servicio al Hospital de Txagorritxu.
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