Los edificios industriales en ruinas son parte del paraje de Euskadi. Todos guardan una historia, y lucha contra el tiempo y la destrucción a las que están abocados. La memoria como el metal se oxida y son muy pocos los edificios elegidos para sobrevivir al devenir del tiempo. En la Llanada Alavesa, a las faldas del monte Aratz y rodeado de maleza, sobrevive uno de los lugares insignes de la historia obrera e industrial de Euskadi: la ‘Fundición Ajuria y Urigoitia S.A.’ También conocida como ‘la fábrica de Araia’, o la ‘fábrica de Ajuria’ en referencia a la fortuna que la hizo posible: los Ajuria, Serafín Ajuria, dueño, Señor y visionario, El poder que Serafín tuvo en este lugar y tiempo queda patente con el tercer nombre que el pueblo de Araia le dio a esta edificación:“la fábrica del amo”. Esta herrumbre aceleró la modernización de Euskadi y cambió por completo el entorno y las gentes de esta zona de Álava.
Las ruinas conservan la chimenea y la estructura de los pabellones de uno de los primeros altos hornos de Euskadi y la primera siderúrgica moderna en nuestra comunidad -junto con la de Bolueta (Bizkaia)-.
La Fundición Ajuria y Urgoitia inició su actividad en 1848 y la mantuvo durante 137 años, hasta 1985. En su interior se desarrollaba la siempre frenética producción de metal como el acero y la transformación del mismo para obtener herramientas, piezas y utensilios. Los arados y trilladores modelo Araia llevaron el nombre del concejo a lo largo y ancho del mundo. Y eso no es todo: en el interior del edificio se puso en marcha el primer horno eléctrico de inducción de todo el Estado.
Su apertura cambió para siempre al pueblo de Araia, y ayudó a ubicarlo en el mapa. Dio trabajo durante 137 años a cientos de familias, oriundas y también venidas desde otros lugares de la península.
En 1929 se convirtió en la única empresa española que seguía produciendo hierro dulce por el procedimiento del pudelado, y desde 1933 quedó como la única productora de lingote al carbón vegetal. Por si lo dicho fuera poco, en 1906 puso en funcionamiento el primer horno eléctrico de España para fabricar acero, adoptando así tempranamente una tecnología que se puede decir que se hallaba en fase experimental, dado que los primeros ensayos se habían producido en Europa apenas diez años antes.
Su construcción también supuso una modernización para el pueblo. Se construyó un puente, tendido eléctrico y una planta de energía hidráulica que ha sido recuperada hace unos años.
La zona en la que se encuentra es un lugar privilegiado para la industria del hierro. La riqueza maderera, las minas de hierro del Aratz y la abundancia de agua hicieron de Araia un lugar único para que se asentará una de las ferrerías más famosas de la provincia. En lo relacionado con el empleo, no solo benefició a los vecinos, también a cientos de migrantes venidos desde Extremadura y Andalucía. En Araia, gracias a esta fábrica, encontraron una vida mejor y un nuevo hogar.
El número de trabajadores de esta fábrica varió según los tiempos, adaptándose a las circunstancias económicas; así, en 1961-1963 contaba con 90 trabajadores mientras que entre 1916-1920 se llegó a 216. Se sabe que en 1871 la procedencia de los trabajadores era la siguiente: entre 20 y 25 de Araia, 35 de otros pueblos de Álava, 29 de Bizkaia, 21 de Gipuzkoa, 9 navarros, 2 de otros puntos del estado y 3 franceses.
Al igual que su apertura supuso un antes y un después, su cierre causó un punto de inflexión en la zona. El Paro subió y los problemas de alcoholismo azotaron el municipio. Las mujeres de los trabajadores se tuvieron que poner a trabajar y los hijos e hijas dejaron de estudiar para poder mantener a la familia en factorías colindantes.
En la actualidad la fábrica de Ajuria se encuentra abandonada y prácticamente en ruinas y sin un uso oficial.
Los propietarios
Serafín Ajuria Urigoitia nació en Bilbao en 1879 y pertenecía a una familia oriunda de Araia. Su abuelo León Urigoitia fundó la fábrica siderúrgica «San Pedro de Araya». Serafín y su hermano Carlos la heredaron y así crearon la primera Fábrica Ajuria. Su poder económico se reflejó en el poder político, sobre todo en la dictadura de Primo de Rivera (1923-1931) y aunque murió en 1937, también tuvo tiempo de ostentar cargos importantes en las instituciones que ahogaron a la república.
Ejerció como diputado provincial y fue miembro de la Junta Carlista de Guerra, vocal de la Junta del Hospicio, consejero del Banco de España y de la Junta de Fábrica de la parroquia de San Miguel. Fue el primer dueño del palacete de Ajuria Enea, actual residencia oficial del Lehendakari del Gobierno Vasco.
En la actualidad la empresa Ajuria S.A., inscrita en Madrid, se encuentra en concurso de acreedores y en los próximos meses se celebrará un juicio para determinar qué hacer con esta propiedad que podría pasar a manos del consistorio de Araia.
El texto de Ajuria recoge esto:
Se sabe que en 1871 la procedencia de los trabajadores era la siguiente: entre 20 y 25 de Araia, 35 de otros pueblos de Álava, 29 de Bizkaia, 21 de Gipuzkoa, 9 navarros, 2 de otros puntos del estado y 3 franceses.
¿Se sabe de qué documento o de qué archivo se ha sacado esta información…?
Un saludo.
Creo que mi abuelo bisabulo trabajo en esta fábrica. Hay forma de saberlo ?
El año 1956 compramos una Trilladora Ajuria Victoria 110 y fue una maravilla con toda clase de cereales y recorrimos Castellón con el trigo y el arroz y a Huesca con el arroz.
En Guadix, Granada, tenían mis abuelos arados y cultivadores, de esta fábrica.
Aún están operativos.