
EUSFAC, la Federación de Asociaciones de Usuarios de Cannabis de Euskadi ha aprovechado la celebración de San Canuto para exigir un marco legal que regule de manera segura los derechos y obligaciones de los Clubes Sociales de Cannabis.
Así, han aparecido varias esculturas de Vitoria-Gasteiz, como Celedón, Ken Follet o Wilson Marsall vestidos con camisetas verdes en las que se puede leer «2016 urtetik landata» (plantados desde 2016) y «Barietate Berria, Amnesia Eusko Jaurlaritza» (Nueva variedad, amnesia, Gobierno Vasco). Esta reivindicación se ha repetido en el resto de las capitales vascas y algunas otras localidades.
La Federación vasca que aglutina a los Clubes Cannábicos lleva desde 2016, año en el que se aprobó la Ley de Adicciones de Euskadi, trabajando para lograr que el Gobierno Vasco desarrolle un reglamento que les regule de acuerdo con lo que establece el artículo 83 de la Ley. Con ese reglamento, el colectivo social busca disipar la inseguridad jurídica a la que diariamente se enfrentan los clubes y las personas usuarias que los conforman.
Sin embargo, indican que «siete años después de la aprobación de la Ley, y pese a las promesas reiteradas, el Gobierno Vasco sigue incumpliendo sus obligaciones en materia de desarrollo normativo de las leyes que se aprueban en el Parlamento Vasco, sede de la soberanía popular».
Añaden, además, que «es indignante que el Gobierno Vasco siempre se refiera al incumplimiento en materia de desarrollo normativo por parte de otras administraciones, pero no asume su propia responsabilidad en este asunto. Los partidos que sustentan al Gobierno Vasco no están cumpliendo con sus compromisos de gobierno, algo evidente en cuanto a la regulación del cannabis se refiere».
Desde la Federación considera «inaceptable e injustificable la falta de acción y el retraso mostrados por parte del Gobierno Vasco», y aseguran que «la inacción del Gobierno ha generado una situación de inseguridad jurídica para los colectivos de usuarios de cannabis en cuanto a sus actividades» y que «las personas pertenecientes a estos colectivos, así como sus directivos y asociados, siguen sufriendo una gran presión, ya sea por la represión policial constante, el cuestionamiento social de algunos sectores contrarios a la regulación e incluso desde el ámbito judicial, donde hay un gran número de causas penales pendientes. Sin una regulación precisa, estas causas pueden terminar en condenas que incluso conlleven la privación de libertad para los directivos y asociados de los clubes. La Federación reitera su llamado al Gobierno Vasco para que tome medidas urgentes para regular de manera segura los derechos y obligaciones de los usuarios de cannabis y poner fin a la inseguridad jurídica que están sufriendo».