La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, anunció recientemente que la Declaración de Impacto Ambiental del Parque Eólico de Labraza ha sido aprobada, y que la del proyecto de Azazeta está inminente. Según Tapia, este avance «representa un hito importante en la política energética de Euskadi», ya que ambos parques eólicos podrían convertirse en el cuarto y quinto parque eólico de Euskadi.
El Parque Eólico de Labraza, promovido por Aixeindar, estará ubicado en el municipio de Oion, Álava, y contará con 8 aerogeneradores con una capacidad de generación de 40 MW. El Parque Eólico de Azazeta, también promovido por Aixeindar, estará ubicado en los municipios de Alegría-Dulantzi, Iruraiz Gauna, San Millán/Donemiliaga, Arraia Maeztu y Bernedo, Álava, y contará con 8 generadores y una capacidad de generación de 40MW.
Preocupación en las agrupaciones ambientalistas
Arabako Mendiak Aske ha expresado su preocupación por el avance de la central eólica de Labraza, después de que las diferentes administraciones emitieran una declaración de impacto ambiental favorable con varias modificaciones al proyecto.
Según esta organización, estas modificaciones justifican las afecciones severas en la mortalidad de la avifauna, y a pesar de las propuestas de detener la actividad de los aerogeneradores cuando se detecten aves y durante la noche para evitar la muerte de murciélagos, estas medidas no son efectivas porque por el momento en que un aerogenerador se detiene, el ave ya ha colisionado contra él. La organización argumenta que esto es debido a las corrientes que forman las turbinas y atraen fatalmente a muchas especies protegidas.
En la ubicación de Labraza, la forma en U invertida de los aerogeneradores es el paso natural de estas aves, convirtiéndose en una muerte anunciada. En todo caso, son dispositivos que no se han probado todavía, siendo de dudosa eficacia.
También han expresado su preocupación por el impacto que la construcción de la central eólica de Labraza tendrá en el patrimonio natural, cultural, arqueológico y social de la región. Según esta organización, la destrucción de la biodiversidad en una coyuntura de crisis ecosocial es irreparable y se suma a la preocupación por la mortalidad de la avifauna. Además, denuncian que detrás de estos ocho aerogeneradores se encuentra la estrategia de las transnacionales de construir más centrales eólicas, como es el caso de la central eólica de Montes de Vitoria, mal llamada Azazeta, que, según ellos, se encuentra ampliando con la urgencia de apropiarse de los fondos públicos europeos Next Generation.
Esta organización critica que esta maniobra permite que la toma de decisiones quede en manos del Gobierno Vasco, favoreciendo la tramitación y agilizando los tiempos, haciendo creer que son pequeñas centrales, cuando en realidad son una sola central de gran envergadura que pone en peligro hábitats naturales y espacios que deberían estar protegidos mediante figuras de protección ambiental.
Además, denuncian la falta de respuesta por parte de las administraciones a las alegaciones presentadas en contra de los proyectos de construcción de centrales eólicas de Labraza y Montes de Vitoria, y «el poder de decisión que se está quitando a las personas campesinas y rurales sobre los territorios que habitan». Además, critican que esta «práctica aberrante» está siendo llevada a cabo por gobernantes que un día tuvieron mayoría en las urnas, pero que están permitiendo la industrialización de zonas comunales para beneficio de las empresas energéticas.
La organización hace un llamado a la población para que salga a la calle y defienda el territorio, ya que si se logra evitar estos megaproyectos en estos espacios naturales de gran sensibilidad, «se habrá avanzado en la defensa de otras ubicaciones proyectadas». Asimismo, hacen un requerimiento a la asociación de concejos de Álava para que defienda a sus concejos de estas ilegalidades.
