Mucho se habla de la famosa Zona de Bajas Emisiones – ZBE – y de las pegatinas para los vehículos, pero poco se profundiza en explicar el por qué es urgente tomar esta medida en los municipios.
Lo primero a apuntar, la implantación de esta medida viene marcada por la Ley de Cambio Climático y Transición energética (7/2021, de 20 de mayo), establece, en su artículo 14.3, que los municipios españoles de más de 50.000 habitantes, deberán adoptar, antes de 2023, planes de movilidad urbana sostenible que introduzcan medidas de mitigación, que reduzcan las emisiones derivadas de la movilidad incluyendo, al menos, entre otras, el establecimiento de Zonas de Bajas Emisiones. El establecimiento de estas ZBE es, pues, una obligación legal y en Vitoria-Gasteiz ya vamos fuera de plazo con respecto a su cumplimiento.
El planteamiento inicial del PNV y PSE para la Zona de Bajas Emisiones en Gasteiz se rige por el establecimiento del «Área de prioridad residencial» en el Casco Medieval y alguna calle adyacente.
Más allá de esa obligatoriedad, es una medida que va a repercutir favorablemente en la salud de toda la ciudadanía. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada año fallecen prematuramente 25.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, y 10.000 de ellas están causadas por episodios de alta contaminación atmosférica. Y según la Organización Mundial de la Salud, ese dato asciende a 15.000, esas son las enfermedades respiratorias que este organismo atribuye a la contaminación atmosférica. Es decir, disponer de más y más espacios que contribuyan a mejorar la calidad del aire, hace que nuestra salud mejore y por extensión, se aliviarían los servicios sanitarios al atender menos patologías respiratorias.
Por otra parte, es una medida que ayudaría al calmado del tráfico en los municipios. El modelo de urbanismo que ha regido en nuestras ciudades, tendente a priorizar el uso del coche, ha dibujado unos municipios con escaso espacio para las personas peatonas o que se desplacen en medios de transporte sostenible. Esta tendencia se ha de revertir con medidas de calmado de tráfico como la ciudad 30 o la implementación de las supermanzanas. La Zona de Bajas Emisiones también es un elemento transformador que permitirá reducir el uso del coche.
Hay que recordar que según un estudio reciente del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz es la capital vasca donde más se utiliza el coche con el 35% del total de desplazamientos. Un dato preocupante para nuestra Green Capital.
Sin embargo, a día de hoy y a pesar de que la Zona de Bajas Emisiones debería haber sido una realidad desde enero de este año, continúa en estado de tramitación en nuestro municipio. Mientras, 14 municipios, entre ellos, Pamplona, A Coruña o Pontevedra, ya han hecho los deberes. Recientemente, Bilbao se unió también a esta lista. Por su parte, el Gobierno encabezado por Maider Etxebarria asegura que va a iniciar “in extremis” el proceso de su implementación. Tarde, pero además, mal y sin la ambición necesaria.
Es un reto primordial para nuestra Green Capital, pero para hacerle frente necesitamos de propuestas valientes y ambiciosas.
Planteamiento de ZBE, insuficiente
En principio, el planteamiento inicial del PNV y PSE para la Zona de Bajas Emisiones en Gasteiz se rige por el establecimiento del «Área de prioridad residencial» en el Casco Medieval y alguna calle adyacente. Es un planteamiento netamente insuficiente, poco ambicioso, ya que se trata de una zona con escasa circulación de vehículos salvo de residentes o comerciantes, por lo que su implementación tendrá unos efectos muy limitados.
Además, si tenemos en cuenta los objetivos de la Ley de Cambio Climático, ésta habla de actuar precisamente en aquellas áreas donde más tráfico o peor calidad del aire se registra. Como planteamos en una moción desde Elkarrekin, la primera fase de la ZBE debe abarcar más áreas, para establecer un calmado de tráfico efectivo en las principales arterías de circulación de vehículos del Ensanche como son las calles La Paz, Francia y Florida y Manuel Iradier (enmarcadas en la llamada “Supermanzana central”). Por esas vías pasan un número importante de vehículos a motor, según los datos del 2022, en días laborales, la media de vehículos circulando a diario por estas calles son 10.625 en el caso de la calle Francia, 11.833 por la calle Paz, 7.250 por la calle Manuel Iradier y 10.583 por la calle Florida. Estas cifras demuestran que esa zona soporta un volumen de tráfico muy alto y que es necesario reducirlo y disminuir la velocidad de los vehículos. Además de instaurar una reducción del límite de velocidad máxima a los 30 km/h, reducir los carriles para los vehículos a motor en favor de un carril bici. De esta manera se facilitaría la convivencia entre peatones y ciclistas, que resulta en cierto grado problemática en estas calles, al no disponer los ciclistas de vías específicas para sus desplazamientos.
La primera fase de la implementación de la ZBE debe ir completada posteriormente por una segunda, porque no se pueden crear barrios de primera y de segunda categoría dependiendo de donde se implante. La Zona de Bajas Emisiones tiene que llegar a cubrir todo el casco urbano en los próximos años. Esto ayudará a trabajar en la descarbonización de la movilidad, mejorar la seguridad vial y mejorar nuestra propia salud. La Zona de Bajas Emisiones servirá para que en la Green Capital se pueda respirar a pleno pulmón, podamos respirar tranquilos.
Es un reto primordial para nuestra Green Capital, pero para hacerle frente necesitamos de propuestas valientes y ambiciosas.
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INFORMACIÓN DEL AUTOR
ÓSCAR FERNÁNDEZ
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