En un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las calles de Vitoria-Gasteiz se han visto inundadas por una marea de personas que han salido a reclamar avances significativos hacia la igualdad de género y denunciar la persistencia de la violencia estructural contra las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
El espíritu reivindicativo y a la vez festivo ha caracterizado las múltiples movilizaciones y actos organizados a lo largo de la jornada, con la manifestación convocada por el Movimiento Feminista destacándose como el punto de encuentro más significativo y multitudinario. Bajo el lema «Gure bizitzekin negoziorik ez! ¡Haceos cargo ya!», las calles de la capital alavesa se han llenado de voces que claman por el fin del sistema cisheteropatriarcal, capitalista, colonial y capacitista, y la construcción de modelos de vida transformadores.
La marcha, que partió a las 18:00 horas de la plaza San Antón y culminó en la plaza de la Virgen Blanca, ha sido un reflejo de la diversidad y la pluralidad del movimiento, con la participación no solo de mujeres de todas las edades y condiciones, sino también de numerosos hombres y representantes de colectivos como pensionistas, personas con diversidad funcional, trabajadoras del hogar, jóvenes, el colectivo de migrantes de origen africano Haaly-Pular, y, por supuesto, el propio Movimiento Feminista.
A lo largo del día, otras manifestaciones han tenido lugar, destacando la protagonizada por el Sindicato de Estudiantes, que ha denunciado el negacionismo de la violencia machista y la ausencia de una educación sexual inclusiva en las aulas. Además, el sindicato Satse ha congregado a profesionales de enfermería para exigir un cambio estructural que reconozca su trabajo y acabe con la discriminación laboral y profesional que sufren por ser un colectivo mayoritariamente femenino.
La manifestación ha sido un claro recordatorio de los desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género, destacando la brecha salarial, la discriminación de las mujeres con diversidad funcional, y las condiciones de las trabajadoras del hogar y sexuales. La jornada ha culminado con un fuerte mensaje de unidad y determinación, con la plaza de la Virgen Blanca resonando al unísono con aplausos y cantos, simbolizando la solidaridad y el compromiso compartido de impulsar y orientar el cambio necesario hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Entre los actos de protesta y memoria, ha destacado la presencia de la Compaña Feminista, que ha desplegado los nombres de mujeres asesinadas en el territorio durante los últimos años, un recordatorio sombrío de la urgencia de la lucha contra la violencia de género.
El Movimiento Feminista de Euskal Herria, por su parte, ha encabezado la marcha con un mensaje claro: la necesidad de abordar las violencias sistemáticas desde una perspectiva amplia e inclusiva, reconociendo y apoyando las luchas de todos los sectores afectados por la desigualdad y la discriminación. La ovación unificada en la plaza de la Virgen Blanca, junto con el canto de la canción popular ‘Aldapeko Sagarren’, ha sido el broche de oro a una jornada de lucha, memoria y esperanza.
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