Álava fue testigo ayer de una intensa tormenta eléctrica que dejó a su paso un total de 1.088 rayos registrados, según datos de Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología. La mayoría de estos rayos cayeron en Álava, que contabilizó 1.086 descargas, mientras que en Vizcaya se registraron solo 2 rayos.
Este fenómeno meteorológico, que sorprendió a la ciudadanía y generó una gran expectación, además de causar el desalojo en un bloque de viviendas de Zaramaga, pone de manifiesto la importancia de los sistemas de detección y registro de rayos, herramientas fundamentales para el estudio y la prevención de estos eventos naturales que pueden llegar a ser demoledores.
¿Cómo se registran los rayos?
El registro de rayos se realiza mediante redes de detección de descargas eléctricas, que emplean una combinación de sensores terrestres y satélites. Estos sistemas detectan la ubicación, el tiempo y la intensidad de las descargas eléctricas atmosféricas, conocidas comúnmente como rayos.
Sensores terrestres: Estos dispositivos se instalan en diferentes puntos del territorio y son capaces de detectar las ondas electromagnéticas emitidas por los rayos. Utilizan antenas y receptores que captan la señal y calculan la distancia y la dirección de la descarga.
Satélites: Los satélites meteorológicos también juegan un papel crucial en la detección de rayos. Equipados con cámaras y sensores avanzados, pueden observar las tormentas desde el espacio y proporcionar datos precisos sobre la actividad eléctrica en la atmósfera.
Redes de detección: La información recogida por los sensores terrestres y los satélites se integra en redes de detección, como la red de detección de rayos de Euskalmet. Estas redes utilizan algoritmos avanzados para analizar los datos y proporcionar un mapa detallado de la actividad de rayos en tiempo real.
Récords de rayos en el mundo
El fenómeno de los rayos ha sido estudiado en diferentes partes del mundo, donde se han registrado cifras impresionantes:
Euskadi: El 19 de junio de 2023, se registraron 7.722 rayos caídos en Euskadi en una sola tarde-noche. Según datos de Euskalmet, la actividad tormentosa dejó ese día un total de 1.285 rayos en Gipuzkoa, 1.662 en Álava y 4.775 rayos en Bizkaia.
Los rayos pueden ser peligrosos no solo por su número, sino también por su impacto. Aunque hay leyendas de personas que han sobrevivido a la caída de un rayo (o incluso dos), un solo relámpago puede causar una auténtica tragedia. Por ejemplo, el 23 de diciembre de 1975 en Zimbabue (anteriormente Rhodesia), un solo rayo mató a 21 personas que se refugiaban en una choza, lo que a día de hoy sigue siendo el récord mundial de mayor mortalidad directa por un solo impacto de rayo, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
De manera indirecta, su efecto letal puede ser todavía más devastador. En 1994, un rayo impactó en una serie de tanques de petróleo en Dronka, Egipto, provocando una inundación de combustible en llamas que mató a 469 personas.
El récord del rayo más largo en distancia horizontal fue establecido el 29 de abril de 2020, cuando un megaflash recorrió 768 kilómetros (477 millas) a través del sur de los Estados Unidos.
En cuanto a la duración, el rayo de mayor duración registrado duró 17,1 segundos y ocurrió el 18 de junio de 2020 sobre Uruguay y el norte de Argentina.
El aumento en la frecuencia y la intensidad de las tormentas eléctricas plantea desafíos significativos para la seguridad y la gestión de riesgos. Las autoridades meteorológicas y los servicios de emergencia trabajan en conjunto para monitorizar estos fenómenos y ofrecer alertas tempranas a la población, reduciendo así los riesgos asociados a las tormentas eléctricas.
