El vertedero de Gardelegi ha sido inspeccionado doce veces en los últimos cinco años, pero a pesar de detectar graves irregularidades en la gestión ambiental, no se ha iniciado ningún expediente sancionador. La parlamentaria de EH Bildu, Amancay Villalba, ha solicitado al Consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi Letemendia, información sobre las inspecciones realizadas en este periodo, poniendo en evidencia la falta de acción contundente por parte del Gobierno Vasco.
Irregularidades graves sin corregir
Entre las inspecciones realizadas, cinco fueron programadas y siete no programadas, según el consejero. Sin embargo, lo más preocupante es que, a pesar de la frecuencia de estas revisiones, las irregularidades detectadas no han sido corregidas en su totalidad. Un ejemplo es la inspección realizada en abril de 2024, donde se comprobó que varios de los incumplimientos detectados en la inspección de octubre de 2023 seguían sin corregirse.
Entre estos incumplimientos destaca la falta de captación y tratamiento de los gases emitidos por las celdas inactivas, lo que provoca emisiones difusas de gases de efecto invernadero. Este es un fallo crítico en un contexto donde la crisis climática exige mayor rigor en el control de emisiones contaminantes. Asimismo, la antorcha del sistema de tratamiento de gases no alcanza la temperatura requerida de 1000°C, lo que compromete el proceso de combustión, aumentando el riesgo de emisión de gases tóxicos.
Inspecciones revelan fallos estructurales
Otro punto crítico señalado en las inspecciones es la incorrecta impermeabilización de la celda de residuos sólidos urbanos, una violación directa de la normativa ambiental que pone en riesgo la contaminación del suelo y el agua. Además, grandes extensiones de residuos —más de 45.000 metros cuadrados en la celda de residuos no peligrosos y 55.000 metros cuadrados en la celda de residuos urbanos— permanecen expuestas a las lluvias, generando lixiviados que podrían infiltrarse en el subsuelo, agravando los riesgos ambientales.
Es especialmente preocupante que la inspección de abril de 2024 tuviera como objetivo revisar los incumplimientos ya detectados seis meses antes, pero en muchos casos, las correcciones no se habían implementado. Según el informe, las medidas de protección del paisaje brillan por su ausencia, con residuos ligeros dispersos por la zona, lo que no solo afecta el entorno visual sino también la integridad ambiental del vertedero.
Falta de seguimiento eficaz
El procedimiento establecido para corregir estas deficiencias implica que, tras cada inspección, el órgano ambiental envía un requerimiento al titular del vertedero para que presente la documentación que acredite la corrección de los fallos. Sin embargo, parece que este proceso no está teniendo el efecto deseado.
A pesar de la gravedad de los incumplimientos, no se ha tramitado un expediente sancionador. El Consejero Jauregi ha reconocido que «la infracción prescribe a los dos años si no se toma acción», lo que implica que algunos de estos fallos podrían quedar impunes si las autoridades no aceleran el proceso sancionador.