El diputado general de Álava, Ramiro González, ha señalado que las instituciones públicas, como principales financiadoras del mantenimiento del patrimonio religioso, deben tener voz en sus usos culturales. Acusa al Obispado de no garantizar una adecuada apertura para actividades que favorezcan a la ciudadanía.
La polémica sobre la negativa del Obispado de Vitoria a facilitar la grabación de la película Sacamantecas en la Catedral de Santa María sigue sumando declaraciones. El diputado general de Álava, Ramiro González, ha aportado una visión crítica hacia la postura del Obispado, poniendo sobre la mesa el peso de las instituciones públicas en la conservación del patrimonio religioso.
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«Las instituciones hemos aportado cerca de 50 millones de euros para la Catedral de Santa María, de los cuales casi la mitad proceden de la Diputación Foral de Álava. Además, destinamos importantes cantidades al mantenimiento de ermitas e iglesias en colaboración con el Obispado. Estas inversiones deben revertir en la sociedad alavesa, respetando el uso religioso, pero promoviendo también su uso cultural», ha afirmado González.
Claves de la noticia:
- González insiste en un uso compartido del patrimonio religioso, subrayando que la inversión pública exige retorno cultural y social.
- El Obispado se defiende, asegurando que no ha vetado rodajes y que se ofrecieron alternativas para la grabación en la Catedral de Santa María.
- La alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, calificó de «lamentable» la actitud de la diócesis en este asunto.
El diputado general ha defendido que espacios emblemáticos como la Catedral son ideales para actividades culturales, como conciertos y rodajes, y ha subrayado que la gestión de estos edificios requiere un enfoque de diálogo y entendimiento. «Cuando las inversiones se realizan con dinero público, las administraciones deben tener capacidad de codecidir los usos de estos espacios. Es imprescindible buscar un equilibrio entre su función litúrgica y su aprovechamiento cultural», ha declarado a preguntas de la prensa.
Críticas a la actitud del Obispado
El Obispado, en respuesta a las acusaciones, ha negado haber bloqueado el rodaje de la película y asegura que se ofrecieron alternativas, como la capilla palatina de la Catedral o la parroquia de San Juan de Salvatierra. Sin embargo, sus argumentos han sido recibidos con escepticismo. En su comunicado, la diócesis defiende su apertura a usos extralitúrgicos como conciertos y rodajes, pero condicionó esta flexibilidad a «información previa» sobre los proyectos.
El tono de la respuesta del Obispado refleja una aparente contradicción. Por un lado, afirma ser el mayor promotor del patrimonio religioso como reclamo turístico, pero por otro pone trabas que dificultan su uso cultural, como señalan desde el Ayuntamiento y la Diputación.
La postura de la alcaldesa
La alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, ya expresó el pasado viernes su malestar por el caso, acusando al Obispado de actuar de manera incoherente. «Es lamentable que se obstaculicen proyectos como este, que ayudan a visibilizar nuestra ciudad y su patrimonio. Resulta contradictorio que se permitiera el rodaje de El silencio de la ciudad blanca, basado en un asesino ficticio, y ahora se pongan pegas a Sacamantecas«.
Etxebarria insistió en que el Ayuntamiento lleva años trabajando para posicionar Vitoria como destino de rodajes y expresó su «enfado» por la falta de explicaciones claras por parte de la diócesis. «Exijo que se aclare qué está pasando, porque estas actitudes van en contra de la estrategia de promoción de nuestra ciudad», concluyó.
Un debate más amplio
Ramiro González, sin embargo, ha ido más allá del caso concreto de Sacamantecas y planteó una reflexión general: «Es momento de trabajar para que estos edificios, mantenidos con el esfuerzo de toda la ciudadanía, tengan un uso compartido que respete la función religiosa, pero que también aporte un beneficio cultural y social». Según González, este debate no debe centrarse únicamente en un episodio puntual, sino en definir el futuro de cómo se gestionan los edificios históricos del territorio.
«Tenemos edificios maravillosos que podrían ser utilizados para visitas guiadas, eventos culturales y rodajes. Es un patrimonio que debe estar al servicio de todos, y para ello se necesita diálogo y acuerdo», ha concluido.