
El futuro de los 171 trabajadores de Guardian Llodio sigue sin resolverse después de que este miércoles, a las 11:00 horas, la empresa haya comenzado a apagar su horno de vidrio flotado. Mientras se negocia un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y se espera la llegada de un posible inversor, la preocupación crece en la zona.
Desde primera hora, los empleados han intentado evitar el apagado, pero la empresa ha logrado llevarlo a cabo. El proceso ha durado entre tres y cuatro horas y está siendo supervisado por el Departamento de Industria del Gobierno vasco, que asegura que la infraestructura se conserve. Sin embargo, los sindicatos denuncian que quedará inutilizada.
“El inversor que venga en un futuro tendrá que construir un horno nuevo”, ha advertido Iker Olazabal, portavoz de ELA. Según explica, el material dentro del horno, más de dos metros de vidrio, se solidificará y no podrá reutilizarse.
Movilizaciones y huelga suspendida
La incertidumbre ha llevado a los sindicatos ELA y LAB a suspender la huelga indefinida prevista para mañana, aunque mantienen la manifestación del viernes a las 18:00 horas. La protesta partirá de la entrada de Guardian y reunirá a trabajadores y vecinos preocupados por el cierre. Este miércoles, más de un centenar de personas ya se ha concentrado con una pancarta que decía «Guardian ez itxi» («Guardian no cierra»).
Un horno dañado y una venta incierta
La empresa había alertado de la necesidad urgente de enfriar el horno debido a daños estructurales «sin precedentes». Mientras tanto, la alcaldesa de Llodio, Ainize Gastaka, ha señalado que un grupo extranjero podría estar interesado en comprar la fábrica. Sin embargo, la falta de información sobre el futuro del horno y la planta genera incertidumbre entre los trabajadores.