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Hallan especies nuevas de microorganismos en las históricas salinas de Añana

El análisis del agua salada permite trazar rutas ocultas bajo las salinas alavesas

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El Valle Salado de Añana, en Álava, guarda aún secretos bajo su superficie. Un equipo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha descubierto que, a pesar de la cercanía entre manantiales, sus aguas no solo tienen distinta salinidad, sino también comunidades microbianas completamente diferentes.

Manantiales que no se mezclan

La investigadora Ilargi Martínez Ballesteros lo ha explicado con claridad: “El agua es totalmente diferente, tanto en la composición de los iones disueltos como en los microorganismos presentes”. El ejemplo más claro es el de El Pico y El Pico Dulce, dos manantiales separados por apenas dos metros. Uno es muy salobre; el otro, bastante menos. Y, según los análisis, sus aguas ni siquiera se rozan.

El trabajo lo ha llevado a cabo el grupo MikroIker, que ha rastreado la presencia de bacterias y arqueas en varios puntos del valle. “Se ha analizado la presencia de arqueas y bacterias en las aguas de varios manantiales del valle mediante técnicas moleculares”, ha indicado Martínez Ballesteros.

El recorrido del agua, clave en su salinidad

La salinidad, ha señalado la investigadora, depende del camino que recorre el agua por el subsuelo. “El agua tiene más o menos salinidad dependiendo del recorrido subterráneo que realiza”. Y es que bajo el Valle Salado se esconde halita, una sal mineral que influye directamente en la composición del agua. Cuanto más profundo circula, más contacto tiene con esta sal gema.

Los resultados de este estudio microbiológico encajan con lo que ya se sabía por trabajos hidrogeológicos: los manantiales pueden estar juntos en la superficie, pero tener orígenes muy distintos.

Ilargi Martinez y Maia Azpiazu en el laboratorio de la UPV/EHUko | Foto: Nuria González. UPV/EHU
Ilargi Martinez y Maia Azpiazu en el laboratorio de la UPV/EHUko | Foto: Nuria González. UPV/EHU

Arqueas en lo extremo, bacterias en lo templado

La investigación también ha sacado a la luz que los tipos de microorganismos varían según la concentración de sal. “En el estudio hemos visto que las aguas muy salobres están dominadas por arqueas, ya que tienden a habitar zonas extremas, mientras que en las aguas salobres hay una mayor mezcla de bacterias”, ha explicado.

Además, las aguas con niveles de salinidad similares también muestran comunidades microbianas parecidas. Esto refuerza la idea de que el tipo de recorrido que hace el agua determina tanto su química como su biología.

Microorganismos por clasificar

Martínez Ballesteros ha reivindicado el papel fundamental de estos seres diminutos: “Es muy importante conocer los microorganismos presentes en todos los ecosistemas. Los necesitamos para que el ecosistema funcione correctamente, ya que garantizan el reciclaje de muchos de los compuestos presentes en el planeta”.

El equipo de investigación ha logrado identificar dos nuevas especies en las salinas de Añana y sigue trabajando en su caracterización. “Hemos encontrado muchos microorganismos que no se han clasificado en ningún sitio y debemos seguir definiendo y caracterizando nuevas especies. Tenemos trabajo por delante”, ha asegurado.

Este estudio forma parte de la tesis de Maia Azpiazu Muniozguren, que se centra en aislar y estudiar estas nuevas cepas. Mientras tanto, en el laboratorio siguen cultivando las bacterias y arqueas encontradas en uno de los paisajes más singulares de Europa. Porque, aunque parezcan invisibles, los microorganismos también tienen su lugar en la historia milenaria de la sal.

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