
Un equipo internacional de astrónomos, con la participación del investigador de Ikerbasque, Tom Broadhurst, ha identificado 44 estrellas individuales en una galaxia ubicada a 6.500 millones de años luz de la Tierra. Este hallazgo, publicado en la revista Nature Astronomy, establece un récord en la observación del universo distante y podría ayudar a desvelar algunos misterios, como la naturaleza de la materia oscura.
Cómo se logró el descubrimiento
El avance fue posible gracias al Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA y al efecto de lente gravitacional. Este fenómeno, causado por el cúmulo de galaxias Abell 370, amplifica y distorsiona la luz de los objetos situados detrás de él, permitiendo observar detalles imposibles de captar de otra manera. La galaxia estudiada, conocida como el «Arco del Dragón», aparece en las imágenes como un rastro alargado y brillante.
El equipo identificó estrellas supergigantes rojas, similares a Betelgeuse, una estrella en la constelación de Orión que se encuentra en las últimas etapas de su vida. Esto contrasta con descubrimientos anteriores en galaxias distantes, donde predominan las supergigantes azules, que son más jóvenes y brillantes.
Un logro sin precedentes en la observación del universo
Hasta ahora, observar estrellas individuales en galaxias tan lejanas era casi imposible debido a las limitaciones tecnológicas. En galaxias más cercanas, como Andrómeda, las estrellas pueden estudiarse individualmente, pero a miles de millones de años luz, suelen aparecer como manchas difusas. Este descubrimiento rompe esa barrera, mostrando el poder del JWST y el efecto de las lentes gravitacionales.
Implicaciones para la materia oscura
El hallazgo también ofrece nuevas pistas sobre la materia oscura, una sustancia invisible que constituye gran parte del universo. Según el equipo de investigadores, las posiciones de las estrellas en el Arco del Dragón sugieren que la materia oscura podría comportarse como ondas en lugar de partículas pesadas, un enfoque que podría transformar nuestra comprensión de esta enigmática forma de materia.
Entre los autores del estudio se encuentran George Smoot, Premio Nobel de Física, y Paloma Morillo, estudiante de doctorado, quienes colaboraron con Broadhurst en este innovador trabajo.
El equipo planea realizar más observaciones con el JWST para estudiar otras galaxias lejanas y sus estrellas individuales. Estas investigaciones podrían aportar datos clave para entender cómo se forman las galaxias y cómo la materia oscura influye en su estructura y evolución.