Nueva historia de Vitoria en formato breve del historiador Ismael García para GasteizBerri.com
La píldora histórica de esta semana transcurre en la Vitoria de finales del siglo 18. Más concretamente nos vamos al año 1799.
Ese fue el año en que Carlos Guillermo de Humboldt, aquel famoso filósofo y científico ilustrado alemán, estuvo por Vitoria y dejó escritas sus impresiones de todo lo que vio por aquí.
Algún día las contaremos, pero hoy solo quiero quedarme con una pequeña curiosidad. Y es que aquel viaje lo hizo Humboldt después de comprar una licencia para viajar en posta por toda España. Viajar en posta era seguramente la forma más segura y rápida que existía por entonces.
Su licencia la compró Humboldt en Mondragón y en principio su meta era llegar al cabo de unas cuantas semanas a Madrid.
Obviamente, comprar una de estas licencias no era precisamente barato, y aunque el viaje iba a ser bastante seguro y sin perdida, teniendo en cuenta que él no conocía ni El País ni el idioma, no iba a ser desde luego el más cómodo posible. Cuando tú comprabas una licencia para viajar en posta significaba que ibas a poder valerte de las infraestructuras del servicio real de Postas y carreteras.
¿Y eso qué significaba? Pues que te proporcionaban un caballo, una silla de montar y un guía denominado Postillón, el cual, subido en su propia montura, te iba a indicar el camino más directo entre ciudad y ciudad, siempre dependiendo de la ruta que siguieras. El camino de postas entre Mondragón y Madrid era 1 de los más frecuentados en la época y además, sin duda, el que mejor pavimento mostraba.
A lo largo del recorrido existían diversos puntos de servicio o casas de posta exclusivos para quienes pagaban aquellas licencias. Puntos en los que siempre tenían caballos de refresco que los viajeros podían cambiar por los que traían ya cansados, para así seguir el camino a la mayor velocidad posible. En muchos de ellos, además, había habitaciones donde dormir y mesones donde comer.
¿Y adivinas por donde pasaba el camino de postas en Vitoria? Pues en efecto, por esa calle que aún hoy día llamamos calle postas. Allí estaba la casa de Postas de Vitoria, donde además se recibía el correo acerca de su viaje en posta.
Humboldt, en sus propias palabras que dejó por escrito, dijo lo siguiente, el joven que me sirvió de guía montaba sin cuidado en el cuello de la cabalgadura y cantaba canciones en vascuence y en castellano.
En España siempre se viaja a galope y solamente al paso. Cuando es necesario que los caballos tomen aliento, conviene llevar silla propia, porque las que alquilan son incómodas, tienen en lugar de estribo almadreñas ordinarias, un tipo de estribo muy elogiado porque el pie, cuando al trotar el caballo cae, no corre el peligro de quedar enganchado al estribo.
En fin, cuando llegó a Vitoria, Humboldt se alojó en casa del científico local Lorenzo de Préstamero. Pero este interesante suceso lo dejamos para otro día. Si os parece por hoy, esta es la historia y así os la he contado.
Puedes escuchar la historia en formato audio en el podcast de GasteizBerri.
INFORMACIÓN DEL AUTORISMAEL GARCÍA
Doctor en historia. Colaborador de GasteizBerri desde 2021 en temas relacionados con la historia. También le puedes seguir en www.historiadevitoria.com
