
El Pleno del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz ha debatido esta mañana una moción presentada por Elkarrekin para aprobar un reglamento municipal de laicidad. La propuesta buscaba garantizar la neutralidad institucional en actos de carácter religioso, pero no ha salido adelante. Han votado en contra el PNV, el PP y también el PSE-EE, a pesar de haber mostrado coincidencias con los principios de fondo.
La concejala Garbiñe Ruiz ha comenzado señalando que la propuesta “no se trata en ningún caso de excluir, sino de incluir”. Ha definido el reglamento como “una oportunidad de crecimiento colectivo” que permitiría “evitar dudas, malentendidos o incluso agravios comparativos” al fijar un marco claro de actuación institucional ante eventos religiosos.
Ruiz ha afirmado que “el Estado no puede actuar como un sujeto en actos religiosos” y que “las instituciones deben ser ideológicamente neutrales”. Ha añadido que la moción “no pretende prohibir nada, sino dar certeza” y ha defendido que la libertad de conciencia “debe estar protegida de cualquier injerencia”.
El PNV ha defendido la “laicidad positiva” y ha rechazado la propuesta
Miren Fernández de Landa, portavoz del PNV, ha manifestado su rechazo a la moción y ha argumentado que “la religión forma parte de la historia de la humanidad” y que hoy en día “se reubica a través de la diversidad”. Según ha dicho, la asistencia de cargos públicos a actos religiosos “no implica adhesión, sino reconocimiento a su función social”.
La concejala ha recordado que el Ayuntamiento ha puesto en marcha medidas como el cementerio para personas musulmanas o la mesa de diversidad religiosa, y ha defendido que “Vitoria-Gasteiz es un ejemplo de respeto hacia diferentes confesiones”.
El PP ha acusado a Elkarrekin de atacar las tradiciones locales
El portavoz del PP, Aitor González, ha cargado contra la moción al considerar que “va contra nuestras raíces”. Ha recordado que “las fiestas patronales son en honor a la Virgen Blanca y forman parte de nuestra identidad como ciudad” y ha preguntado: “¿También quieren acabar con esto?”.
González ha afirmado que “el calendario laboral está basado en festividades de raíz cristiana, les guste o no” y ha criticado que Elkarrekin haya “planteado un debate alejado de la realidad”. A su juicio, “la ciudadanía no está pidiendo esto” y lo que realmente preocupa son temas como “la limpieza, la seguridad o los servicios públicos”.
El PSE-EE ha defendido la laicidad, pero ha votado en contra
La intervención del PSE-EE ha estado marcada por la contradicción. Ana López de Uralde ha comenzado asegurando que “la laicidad forma parte del ADN del socialismo democrático” y que “es la mayor garantía de convivencia en una sociedad plural”.
Ha dicho compartir “el fondo” de la propuesta y ha subrayado que la neutralidad ideológica “ya está recogida en la Constitución y en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. Sin embargo, ha argumentado que “no es el momento ni el instrumento adecuado” y ha considerado que “convertir en norma lo que se ha resuelto con prudencia puede acabar generando conflictos”.
Pese a esta defensa ideológica, el grupo socialista ha votado en contra.
EH Bildu ha pedido revisar las normas municipales obsoletas
El concejal Alberto Porras, de EH Bildu, no ha apoyado la moción tal como estaba redactada, pero ha coincidido en que el Ayuntamiento mantiene reglamentos desfasados. Ha puesto como ejemplo el Reglamento del Cementerio de El Salvador, que otorga al capellán —nombrado por el obispo— funciones administrativas sobre el personal municipal.
Porras ha ironizado: “¿Cómo encajamos que un capellán pueda reprender a un trabajador municipal? Incluso puede imponer penitencia”.
Ha señalado que el reglamento, aprobado en 1973 y modificado por última vez en 1998, “está totalmente obsoleto” y ha reclamado su revisión. “Es necesario abrir las ventanas de este Ayuntamiento de par en par para airear el olor a incienso que desprenden estos reglamentos”, ha dicho.