Este martes se ha hecho pública la sentencia que condena a Miren Larrion a 36 meses de prisión por un «un delito continuado de falsedad en documento público, usurpación de estado civil y un hurto leve».
Fue el pasado viernes cuando la ex-lider de EH Bildu Gasteiz firmó la sentencia que también incluye una multa de 2.835 euros. Cabe destacar que no entrará en la cárcel tras haber llegado a un acuerdo con la Fiscalía con el que se sustituye la condena por trabajos comunitarios. El Ministerio pedía 4 años y 9 meses de prisión.
Cronología de los hechos
Los hechos ocurrieron entre las 15:30 y las 19:00 del 22 de diciembre del 2020, cuando Miren Larrion sustrajo en la sede de EH Bildu de Vitoria-Gasteiz la cartera de la que era su compañera de partido, con el fin de obtener un beneficio patrimonial ilícito, según se recoge en la sentencia. En la cartera había 50 euros, el documento nacional de identidad (DNI), el carnet de conducir, la tarjeta sanitaria y dos tarjetas bancarias de la Caja Laboral.
La acusada, en días posteriores y guiada por el ánimo de suplantar la identidad de su compañera, contrató diferentes servicios.
13 de enero 2021 | La acusada acudió a una tienda de Vodafone donde contrató una línea de teléfono de prepago a nombre de la suplantada después de enseñar el DNI robado.
26 de enero | La acusada creó una cuenta de correo electrónico, facilitando el nombre de la suplantada y vinculándola al teléfono que había comprado trece días antes.
Ese mismo día, Larrion acudió a una oficina de Correos haciéndose pasar por la víctima, enseñando el DNI robado y contratando un apartado de correos de tres meses de duración. Se le asignó el apartado 6004 de dicha sucursal. La intención de Larrion era utilizar este apartado de correos para recibir la documentación bancaria relacionada con la cuenta y productos asociados. No hay constancia de que llegase a ser utilizado.
29 de enero | La acusada fue a una sucursal de Bankinter. Allí se reunió con la subdirectora de la oficina para interesarse por las condiciones de apertura de una cuenta bancaria en la que pudiera realizar ingresos en efectivo o por trasferencias bancarias y que tuviese asociada una tarjeta de débito para poder realizar operaciones con ella.
5 de febrero | La acusada envía al teléfono de la subdirectora de la oficina de Bankinter un mensaje por WhatsApp, utilizando para ello el número de teléfono que había comprado el 13 de enero en el que le confirmaba su intención de abrir la cuenta bancaria. Para ello, envío una fotografía del DNI sustraído a la víctima. También facilitó la dirección de correo electrónico creada el 26 de enero para recibir las comunicaciones bancarias.
En el perfil de la aplicación Whatsapp que creo vinculado a la línea contratada el 13 de enero, Larrion utilizó una fotografía de su compañera de partido para que cualquier persona que interactuase con el citado teléfono a través de esa aplicación pudiera identificar ese número con la damnificada.
9 de febrero | Larrion firmó digitalmente en la oficina bancaria el contrato de apertura de la cuenta, haciéndose pasar por la víctima y exhibiendo ante la subdirectora de nuevo el documento de identidad de esta. Posteriormente, realizó un ingreso en metálico de 300 euros en el cajero, siendo este el único movimiento bancario habido en esa cuenta.
22 de febrero | La acusada acudió a la oficina bancaría a por la tarjeta de coordenadas que le permitiría realizar operaciones online después de que hubiera llamado a la entidad para comunicar que no había recibido la célula para operar. Allí firmó el resguardo de recepción de la tarjeta. A la salida de la sucursal, Larrion fue detenida.
En todas sus visitas a la oficina bancaria, Larrion alteró su aspecto físico habitual a fin de ofrecer una imagen similar al aspecto físico de la víctima para evitar ser reconocida. Para ello se rizaba el pelo y utilizaba gafas de pasta que no empleaba de modo habitual en sus salidas.
