El pasado 8 de diciembre, en un día marcado por una meteorología adversa con alerta por lluvia, viento y nieve, el parque de bomberos de Agurain tuvo que responder a varias emergencias. Con solo tres bomberos de guardia, intervinieron en dos accidentes de tráfico y dos incendios (uno en una chimenea y otro en una caseta junto a una torre de alta tensión).
Los tres bomberos de Agurain, uno de ellos cabo, llegaron en apenas cinco minutos al lugar de uno de los accidentes de tráfico. Sin embargo, trabajaron solos durante más de 20 minutos hasta la llegada de refuerzos desde el parque de Nanclares. Durante ese tiempo, tuvieron que evaluar la seguridad de la escena, tomar decisiones, atender a las víctimas y realizar las primeras maniobras de emergencia.

Los propios bomberos alertan de que estas situaciones son habituales en los parques comarcales de Álava, donde las guardias suelen reducirse a tres bomberos en cada parque y cinco en la central de Nanclares. “No es seguro ni para los profesionales ni para la ciudadanía”, advierten.
El 17 de diciembre, esta situación volvió a repetirse, con solo tres bomberos en la guardia de Agurain y otros tres en Laguardia. Según explican, un equipo compuesto únicamente por un cabo y dos bomberos resulta insuficiente para la mayoría de las emergencias. “Estas dotaciones no permiten realizar tareas simultáneas como búsqueda y rescate, extinción de incendios y otras labores esenciales”, señalan.

Reclamaciones de mejora
Los 180 bomberos forales de las UCEIS (Unidades Comarcales de Extinción de Incendios y Salvamento) de Llodio, Nanclares, Laguardia, Espejo, Agurain y Kanpezu llevan tiempo reclamando más recursos humanos y materiales. Insisten en que “un tercio del año lo pasamos en estas condiciones, con guardias mínimas que no garantizan la seguridad ni la capacidad de respuesta”.
Según su experiencia, las dotaciones menores de seis bomberos comienzan a mostrar carencias operativas importantes, y la situación se torna crítica cuando las guardias cuentan con menos de cuatro efectivos.
“Con tres bomberos en una guardia de 24 horas, no podemos actuar con la mínima seguridad exigida, y eso merma nuestra capacidad de respuesta”, concluyen.