
El periodo estival, meteorológicamente, se caracteriza por un aumento de las temperaturas ambientales, por la disminución de las precipitaciones y de los porcentajes de humedad del aire, así como por la mayor duración de las horas solares, factores todos que inciden de forma directa en la pérdida de humedad de los vegetales y en el aumento de los índices de riesgo de incendio en el medio rural.
Es por ello, por lo que en esta época de mayor riesgo, la Diputación Foral de Álaba aconseja la adopción de medidas cautelares extraordinarias que afectarían, no sólo al uso y manejo del fuego, sino a todas aquellas actividades que potencialmente puedan dar lugar a un incendio, como son la cosecha del cereal y la trituración de los residuos agrícolas, los trabajos agroforestales, los trabajos de mantenimiento en vías de transporte, las actividades de ocio, etc.
Según la norma Foral, queda temporalmente prohibido el uso del fuego en el medio rural, incluso en los lugares habilitados para ello: Suelo rústico de cualquier clase, montes públicos o de particulares, espacios naturales protegidos, parques provinciales y locales de esparcimiento y en áreas de descanso de las carreteras de titularidad provincial o local.
En los casos en los que el entorno de la barbacoa no presente un riesgo de incendio elevado, habra que cumplir las medidas de seguridad en el uso de asadores o barbacoas: Asegurarse de tener una distancia horizontal mayor o igual a 3 metros desde la edificación a cualquier combustible susceptible de propagar el fuego, mantener húmeda la vegetación herbácea próxima a la edificación, durante todo el uso de la misma, a fin de disminuir el riesgo de ignición, permanecer vigilante y junto al fuego durante todo el tiempo que esté encendido, procediendo a apagarlo rápidamente si surgiera cualquier situación de riesgo, no quemar hojas, papel, combustible fino, etc…cuyas pavesas puedan ser transportadas por la columna de humo. Únicamente se permitirá la utilización de carbón, recoger siempre las cenizas en frío. Nunca depositarlas calientes en recipientes inflamables, no acumular gran cantidad de combustible, añadiéndolo siempre de forma progresiva, tener agua suficiente o algún medio de extinción eficaz junto a la barbacoa durante todo el tiempo que esté encendida y asegurarse de que el fuego y las brasas estén totalmente apagados al ausentarse.