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Mantenimiento nefasto de los autobuses y peor gestión

Mientras esperaba al autobús, una chica me dijo esta frase: “Si tiene prisa, madrugue. No culpe al conductor”.

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Solo hay que echar un vistazo a los autobuses urbanos para comprobar el estado en el que se encuentran los que circulan por nuestra ciudad.

Hace unos días pude observar el autobús número 45 que hacia un ruido que parecía el “Gordini” que llevaba mi abuelo en los años 70, tal vez sea debido a lo tratado en la Unión Europea que llevaba tiempo debatiendo sobre el tema y ha dado un paso importante para evitar problemas de este tipo y obliga desde el 1 de julio de 2019 a que los vehículos eléctricos e híbridos de nueva homologación hagan ruido incorporando un sistema de aviso acústico (SAAV).

Los coches eléctricos han sido desde su aparición sorprendentemente silenciosos, pero esa ausencia del tradicional rugido del motor que muchos apreciaban como una de sus ventajas se ha convertido en un problema para la seguridad de peatones o ciclistas, pero en el caso que de este autobús se da la casualidad que ni es eléctrico ni es híbrido.

Otro factor que hace que los autobuses den pena es el tema de la imagen, con golpes, rayas kilométricas, y reparaciones con cinta adhesiva, autobuses con más de 20 años, con matrícula VI-….-X, la verdad que dan pena.

Y mientras todo esto sucede, nos gastamos una millonada en el BEI, con el dinero que dicen que han gastado hasta este momento, que dicen que son 50 millones de euros, aunque se ha llegado a hablar de más de 76 millones, con todo ese “pastizal”, podíamos tener la mejor y más completa flota de autobuses nuevos y eléctricos, sin necesidad de causar los múltiples destrozos y eso sí que sería un transporte público verde para la Green Capital y que podía ser el orgullo de todo Europa y parte del extranjero.

Pero no, aquí tenemos que ser los más innovadores, y hacer todo a lo grande, aunque se tenga un buen agujero en el Ayuntamiento, pero bueno suben unos eurillos de impuestos por aquí, otros por otro lado y ya está al ciudadano le rascamos los bolsillos y ya está, solucionado el tema, al Sr. Alcalde, le toca el “cuponazo” y con nuestra pasta tapar sus agujeros.

Pero claro hay que insistir al Sr. Alcalde en que el transporte urbano de Vitoria-Gasteiz tiene que ser “más atractivo”, y necesita de un mayor número de autobuses y líneas, sobre todo para mejorar las conexiones con los polígonos, puesto que a día de hoy seguimos sin saber si pretenden hacer algún tipo de mejora y no tener las frecuencias ridículas que teníamos y que ahora con la pandemia solo han hecho que empeorar, solo en los polígonos de Betoño y Gamarra se ha pasado de 15 minutos a 30 y sin la mínima intención de mejorarlas.

Hay que ser consciente de la degradación de la calidad del servicio ocurrida en los últimos meses. También se conoce el malestar de los usuarios, solo hay que leer las opiniones en el buzón del ciudadano, además así se lo hacen saber a los conductores y conductoras, en ocasiones de muy malas maneras. Por esta razón, y ante la falta de humildad por parte del Ayuntamiento y de Tuvisa, responsables del servicio, son muchas veces esos trabajadores y trabajadoras los que han de pedir disculpas a los usuarios y usuarias por el pésimo servicio del que disfrutan.

Asimismo, hacer notar que entre las causas a las que se puede achacar tan baja calidad, se encuentran los tiempos de recorrido, muy insuficientes en algunas líneas. Son los propios trabajadores y trabajadoras los que llevan años denunciando que la mayoría de las líneas, tienen un tiempo de recorrido tan ajustado al minuto, que los conductores no tienen tiempo ni de ir al servicio para hacer sus necesidades fisiológicas. Y si lo hacen, tienen que recuperar esos minutos perdidos por su cuenta y riesgo. Los conductores y conductoras sufren de jornadas de trabajo maratonianas, a veces de más de ocho horas seguidas, sin que tengan previstas pausas para descansar o para ir al baño. Lo que sumado a lo anterior genera gran cantidad de estrés en dichos trabajadores y trabajadoras. Hay que sumar a esto, el deficiente estado de conservación de los autobuses, tal y como indicaba al principio, en especial el de los más veteranos, con más de veinte años de antigüedad.

Como factor externo a la baja calidad del servicio debemos citar el aumento del tráfico rodado que sufre la ciudad, lo que sin duda justifica los retrasos en las frecuencias de paso de los autobuses. También debemos citar los reductores de velocidad en las calles de Gasteiz, algunos son “matadores” para la espalda y el hecho de que las principales vías con el cambio de normativa se hayan limitado a 30 km/h, y algunas incluso a 20 km*h, lo que al parecer no son motivos suficientes, a juicio de los técnicos del Ayuntamiento y de Tuvisa para la revisión de los tiempos de recorrido.

Pero bueno, no hay problema, tendremos el BEI, se sacarán las fotos, a ser posible sin los concejales y concejalas de la oposición, y sin los consejeros no pertenecientes al equipo de gobierno, no vaya a ser que puedan sacar algún rédito político.

De momento el BEI no se sabe si llegará como premio de la lotería de Navidad o de la del niño, ya veremos el tiempo lo dirá.

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