
Opinión
Empresas de autobús y servicios ferroviarios, englobadas en la Asociación de Transportes Públicos Urbanos y Metropolitanos (Atuc Movilidad Sostenible), han lanzado una campaña para atraer talento femenino al sector del transporte.
Bajo el lema “Quiero mover el mundo. El transporte público necesita más talento femenino”, pretenden aumentar la presencia de mujeres en empresas operadoras donde, actualmente, solo representan un 14% de la plantilla. La campaña insiste en que el transporte público ofrece oportunidades para todos los perfiles: conductoras, maquinistas, técnicas, ingenieras, informáticas, mecánicas, personal de administración… Todas ellas necesarias no solo por su profesionalidad, sino también para aportar una visión más igualitaria e inclusiva al sector.
El mensaje también va dirigido a las nuevas generaciones, con la intención de mostrar que el transporte público es un ámbito con salidas profesionales de calidad, con empleo estable, participación en una actividad estratégica, oportunidades de promoción y proyección de futuro.
Sin embargo, muchas personas —sobre todo mujeres— que han pasado por Tuvisa habrán soltado una carcajada al leer esto. Algunas, incluso después de diez años de trabajo, han recibido la “boleta” con indemnizaciones pagadas con dinero público. Un final que contradice todo lo que esta campaña promete.
Actualmente, Tuvisa está inmersa en una nueva OPE, tras los serios problemas que ha tenido para cubrir bajas y vacaciones en los últimos tiempos. A pesar de contar con una bolsa de empleo oficial con cerca de 800 personas inscritas, a las que hay que sumar otras tantas que se presentaron a través de Lanbide o Infojobs —como ocurrió en la convocatoria de diciembre de 2024 para contratar a 15 conductores—, lo cierto es que las condiciones laborales acaban espantando a muchos. En esa última convocatoria, las condiciones eran buenas… hasta que fueron contratados, porque el 31 de diciembre fue su último día. Ni diez días de trabajo.
Así es muy difícil encontrar personal dispuesto a trabajar, porque muchos no quieren dejar su empleo actual para una promesa vacía. Más aún si sabemos que desde hace unos cuatro años, hay personas contratadas al 55% de la jornada. Bastaría con ampliar estas jornadas al 100% para cubrir muchos de los servicios actuales. Pero no. Las únicas plazas ofertadas como conductor/a perceptor/a en esta OPE siguen siendo al 55% de jornada.
¿De qué sirve crear una bolsa de trabajo si luego se ofrecen contratos “basura” y, al rechazarlos, las personas quedan desactivadas de dicha bolsa? Estamos en marzo y, por la falta de planificación, ya se están generando excesos de jornada para cubrir el día a día. Estos días tendrán que devolverse más adelante, y llegaremos a diciembre con los mismos problemas de todos los años. Se dejarán servicios sin cubrir, se desatará el caos de horarios, y, como siempre, lo sufrirán los usuarios y usuarias.
Pero, según la dirección de Tuvisa, estos problemas solo se dan a finales de diciembre y, quizás, los primeros días de enero. Como si los viajeros importaran lo justo. Como si los derechos laborales fueran una molestia. Porque lo cierto es que para Tuvisa da igual que seas hombre o mujer: si reclamas tus derechos, o si como representante sindical los exiges para toda la plantilla, rápidamente te ponen una “vela negra”, como la bruja Lola.
Y a las nuevas incorporaciones, ya sabéis a qué ateneros. Como decía Emiliano Zapata: “Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado”. Porque para Tuvisa no serás más que un número.
Y, por cierto, ya era hora de que alguien utilizara el buzón ciudadano para pedir públicamente el cese de la persona responsable de Tuvisa. Un mensaje que ya ha sido recogido por algún medio digital. Quizás el Consejo de Administración debería tomar nota. Porque a otros, por mucho menos, ya les señalaron la puerta de salida.
INFORMACIÓN DEL AUTOR
ANDRÉS MAYO
Colaborador de GasteizBerri.com desde el año 2020.
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