La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el 22 de septiembre sus nuevas directrices sobre los niveles de contaminación del aire. Estas directrices, cuya última edición se había aprobado en 2005, son las únicas recomendaciones científicamente reconocidas a nivel mundial sobre la calidad del aire que respiramos, cuyo cumplimiento reduce significativamente los riesgos para las personas. Las nuevas directrices son mucho más estrictas que las de 2005.
Según este informe, del que se ha hecho eco en una pregunta parlamentaria el diputado de Unidas Podemos por Álava Juantxo López de Uralde, muchas ciudades han avanzado en la reducción de la contaminación por NO”2 y PM2,5 en los últimos años. Sin embargo, los datos muestran que todas las ciudades españolas superan actualmente las nuevas guías de calidad del aire establecidas por la OMS, pese a la fuerte caída de sus niveles en 2020 por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19.
En concreto, y tomando como referencia el último año sin confinamientos (2019), los niveles de NO2 en Barcelona, Granada y Madrid cuadruplicaron la nueva guía anual de la OMS, superando el actual valor límite legal que coincide con la anterior recomendación. Y lo duplicaron las tres capitales vascas, Vitoria-Gasteiz, Donostia-San Sebastián, y Bilbao.
El coordinador de Alianza Verde, y también portavoz de Transición Ecológica del Grupo Confederal en el Congreso, ha recordado además que «El NO2 provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente».
Por eso, se ha interesado, a través de su iniciativa parlamentaria, por la evolución de estos datos para las ciudades referidas en el informe de la OMS, y, en concreto, para las tres capitales de la Comunidad Autónoma Vasca. Y, además, ha pedido al Ministerio para la Transición Ecológica «endurecer las medidas y protocolos anticontaminación en las ciudades, teniendo en cuenta estos nuevos indicadores» y «garantizar la implantación, de forma rápida y ambiciosa, de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en estas ciudades para reducir el tráfico urbano».