El Gobierno de Pedro Sánchez cierra la puerta de manera definitiva a la reapertura de la central nuclear de Garoña. Así se lo ha hecho saber la vicepresidenta Teresa Ribera a EH Bildu en el Senado este lunes después de que el vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo (de Vox) haya pedido su apertura en una visita a la central el pasado miércoles.
Ribera ha tildado la idea de la ultraderecha como «ocurrencia ideológica» añadiendo que «es imposible, inviable y no tiene sentido. No queremos correr el riesgo de quienes estiran la vida de las nucleares sin saber las condiciones ni los riesgos». Ribera ha acusado al partido de Abascal de malgastar dinero público por solicitar un estudio de viabilidad con el objetivo de reabrir la central nuclear en 2030.
La senadora de EH Bildu que ha preguntado, ha valorado la contundencia de la ministra de Transición Ecológica y ha desmontado las tesis de quienes plantean como solución a la crisis actual la apuesta caduca y poco realista por la energía nuclear: «Quienes defienden el carácter verde de la energía nuclear quieren optar a los fondos europeos previstos para las renovables. La solución a la crisis energética no puede ser un planteamiento anclado a modelo caducos como la energía nuclear».
Para EH Bildu, la vía pasa por desplegar las energías renovables con control público, transparencia, visión ecológica y social: «Reabrir la central nuclear 10 años después de su cierre es una idea descabellada e irresponsable, pero no solo por el enorme riesgo que entraña, sino porque ni siquiera es viable económica y técnicamente». Garoña finalizó su vida útil, tras 40 años de actividad, en el año 2011; fue dos años más tarde, cuando Nuclenor, la empresa titular de la central, decidió cesar su actividad.