Ignacio Aldecoa Isasi fue un escritor nacido en Vitoria en 1925. Provenía de una familia burguesa con filiación nacionalista, y su padre era pintor decorador y dueño de una tienda taller heredada de su abuelo. Su abuela materna, María Pedruzo, le contaba historias de las guerras carlistas que inspiraron su vocación de escritor desde su infancia.
Durante su juventud, Ignacio Aldecoa asistía a tertulias de pintores vascos como Gustavo de Maeztu, Echevarría y Díaz Olano, así como a conversaciones con su padre y su tío Adrián, un pintor postimpresionista, quienes le hablaban sobre los años que los hermanos Aldecoa habían pasado en un París bohemio muy diferente del ambiente pequeño burgués de la provinciana Vitoria.

En el Colegio de los Marianistas, donde hizo su bachillerato, nunca destacó por ser un buen alumno. En 1942, se trasladó a la Universidad de Salamanca para estudiar Filosofía y Letras, y aunque aprobó los primeros años de comunes, apenas asistía a las clases. Durante su estancia en Salamanca, hizo amistad con Carmen Martín Gaite y pasó agradables veladas en conversación con Ángel de Apraiz, catedrático de Historia del Arte. Su profesor Antonio Tovar apenas lo vio por clase, pues desaparecía durante largos períodos de tiempo para relacionarse con los obreros, jornaleros y gitanos que inspirarían sus relatos.
En 1945, se trasladó a Madrid para completar sus estudios universitarios y se matriculó en la especialidad de Historia de América. Al igual que en Salamanca, tampoco asistía con regularidad a las clases, pero en la universidad entró en contacto con los escritores de la llamada “Generación de los 50” o “Generación Intermedia”: Rafael Sánchez Ferlosio, Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre, Josefina Rodríguez y José María de Quinto. Con Josefina Rodríguez contrajo matrimonio en 1952 y tuvo en 1954 a su única hija, Susana.
En 1958, con motivo de una beca doctoral obtenida por Josefina Rodríguez, viajó a Nueva York y contactó con Gustav Regler, Waldo Frank, Jack Kerouac y otros personajes vinculados a la Partisan Review. Al mismo tiempo, Ignacio Aldecoa asistía a las tertulias del Café Gijón, donde entró en contacto con Antonio Rodríguez Moñino, que prestaría apoyo financiero y la imprenta de la Editorial Castalia para la publicación de la Revista Española, en cuyos consejos de redacción y administración estuvo junto a Rafael Sánchez Ferlosio y a Alfonso Sastre.

Revista Española, en sus seis números de vida, desde 1953 a 1956, aglutinó a esos jóvenes escritores que también se han denominado “niños de la guerra”, incorporó el interés por la literatura estadounidense de John Doss Pasos, Hemingway o Capote