
Es fascinante descubrir los secretos que esconde la historia de Vitoria. Uno de ellos es la estatua de la Virgen Blanca, que hoy en día se erige majestuosamente en lo alto de la plaza de San Miguel. Pero ¿alguna vez te has preguntado si siempre estuvo allí?
Aunque pueda sorprender a muchos, la Virgen no ha ocupado siempre ese lugar prominente. En el pedestal de la estatua hay una inscripción que revela que fue en el año 1788 cuando se decidió trasladarla a su actual ubicación. Antes de eso, la estatua estaba ubicada en otro de los contrafuertes de la iglesia, específicamente en aquellos adyacentes a la plaza del Machete.
La razón detrás de este cambio de lugar fue puramente visual. Antes de que se construyeran estructuras como los arquillos y la plaza nueva, la estatua de la Virgen Blanca dominaba el horizonte y podía ser admirada desde casi cualquier punto de la ciudad, incluso desde muy lejos. Sin embargo, con las nuevas edificaciones, su visibilidad se vio comprometida. Para garantizar que la imagen continuara siendo un punto de referencia, fue necesario encontrarle una nueva casa. El encargado de supervisar este traslado fue el maestro de obras Nicolás de Aramburu.
Y así, con este pequeño viaje en el tiempo, te he compartido una de las muchas historias que Vitoria y Álava tienen para ofrecer. ¡Hasta la próxima!
INFORMACIÓN DEL AUTOR
ISMAEL GARCÍA
Doctor en historia. Colaborador de GasteizBerri desde 2021 en temas relacionados con la historia. También le puedes seguir en www.historiadevitoria.com