
El Gobierno vasco ha confirmado que el transporte sanitario en Bizkaia y Álava está garantizado hasta que una nueva empresa asuma la gestión del servicio de ambulancias, previsto para el próximo 30 de noviembre. El Departamento de Salud ha llegado a un acuerdo con la empresa Ambulancias La Pau para que esta abandone de manera ordenada la prestación de este servicio en ambas provincias, tras meses de problemas operativos y sanciones administrativas.
La viceconsejera de Administración y Financiación Sanitarias, Lore Bilbao, mantuvo una reunión en Vitoria-Gasteiz con representantes de La Pau, donde ambas partes acordaron que la empresa dejará de operar en Euskadi antes de la fecha límite de noviembre. El servicio será asumido por una nueva compañía mediante un contrato de emergencia, y el Departamento de Salud asegura que la asistencia sanitaria no se verá afectada durante el proceso de transición.
El Departamento de Salud había aplicado sanciones económicas a La Pau debido a múltiples deficiencias en su servicio, incluyendo el uso indebido de vehículos destinados a otros servicios privados, lo que resultó en una multa de 840.000 euros. Entre los incumplimientos más graves de la empresa se encuentran retrasos en el pago de nóminas y una acumulación de 55 actas de Inspección de Trabajo.
La salida de La Pau afecta tanto a Bizkaia como a Álava, donde la compañía gestionaba el transporte sanitario urgente y no urgente con una flota de 350 ambulancias. El Gobierno vasco ha iniciado el proceso para contratar a una nueva empresa por la vía de emergencia, que deberá subrogar al personal de La Pau, compuesto por 1.800 empleados en Euskadi, y hacerse cargo de la adquisición de una nueva flota de vehículos.
El deterioro de los servicios prestados por La Pau en los últimos dos años ha sido evidente. El absentismo laboral en la empresa alcanzó el 35%, lo que agravó la situación y provocó retrasos en la atención a los pacientes. Durante este periodo, se registraron más de 5.000 casos en los que personas tuvieron que esperar más de tres horas para ser transportadas en ambulancia tras recibir el alta en Bizkaia.
La empresa tenía contrato con Osakidetza hasta 2026, por un valor de 282 millones de euros, pero la acumulación de problemas financieros, como la incapacidad de pagar el 75% de la paga extra de verano a su personal y el incumplimiento del nuevo convenio laboral, ha llevado a su salida anticipada. El nuevo convenio prevé subidas salariales del 23% al 31%, lo que también generó tensiones dentro de la compañía.