
Los monitores y monitoras deportivas han convocado una huelga de cuatro días, del 23 al 26 de enero, para exigir mejoras laborales. Esto podría suspender actividades en centros cívicos, piscinas y frontones municipales, afectando a cientos de usuarios.
Más de un año de negociaciones sin acuerdo
El conflicto lleva más de un año sin resolverse. Unas 400 personas trabajan como monitores, socorristas y encargados de instalaciones a través de una empresa subcontratada, y piden un nuevo convenio colectivo.
Reclaman aumento salarial, igualar las jornadas laborales y mejorar los complementos por bajas médicas. Según los trabajadores, han tenido 14 reuniones con la patronal, pero aseguran que las propuestas recibidas han sido cada vez peores.
Las nuevas empresas que gestionan estos servicios se defienden argumentando que la deuda de la antigua empresa adjudicataria, Disport, con la Seguridad Social ha complicado su situación económica.
Denuncias por falta de avances
Los monitores señalan que los presupuestos de los nuevos contratos han aumentado, mencionando que, en el caso de los frontones, el presupuesto subió un 115%. Por eso piden al Ayuntamiento que intervenga para solucionar el problema.
Aunque el gobierno municipal dice apoyar sus demandas, la concejala de Deportes, Ana López de Uralde, ha explicado que no pueden intervenir directamente: «Debemos respetar las negociaciones entre las dos partes. No podemos decidir sobre un convenio colectivo porque eso depende de ellos.»
Si no hay avances, las actividades deportivas municipales estarán paralizadas durante cuatro días la próxima semana.