
Esta mañana ha tenido lugar una concentración organizada por SETEM Hego Haizea y la Campaña Ropa Limpia para exigir responsabilidades a las marcas de moda, doce años después del derrumbe del edificio Rana Plaza en Bangladesh, donde murieron 1.138 trabajadoras textiles. La acción ha puesto el foco en Decathlon, acusada de no firmar un acuerdo internacional que busca garantizar condiciones seguras en las fábricas proveedoras.
Un homenaje con denuncia
La protesta se ha desarrollado en la Plaza Celedones de Oro, frente a Correos. Allí, activistas han desplegado una tela donde han simulado bordar los nombres de las víctimas del Rana Plaza. Ha sido un gesto simbólico para recordar la tragedia y denunciar que, más de una década después, las condiciones laborales siguen siendo “inaceptables”, tal y como ha afirmado la Campaña Ropa Limpia.
La organización ha subrayado que esta situación no puede repetirse y ha exigido a marcas como Decathlon que asuman su responsabilidad firmando el Acuerdo Internacional por la Seguridad y la Salud en la Industria Textil.
Decathlon, en el centro de las críticas
El objetivo de la protesta ha estado claramente definido, Decathlon. La Campaña Ropa Limpia ha recordado que esta empresa, una de las mayores del sector deportivo en Europa, continúa operando con proveedores en Bangladesh que imponen jornadas laborales de 60 horas semanales, ofrecen solo 13 días de vacaciones anuales pagadas y pagan salarios de apenas 87 euros al mes.
Según una investigación publicada por el medio francés Disclose, estos datos proceden de informes internos de la compañía, que también revelan que una de sus fábricas proveedoras, Edison Footwear, selecciona a su personal según el “coste por minuto” y mantiene ritmos de producción que califican de insostenibles.
Un acuerdo que muchas sí han firmado
A pesar de las evidencias sobre los riesgos para la salud y seguridad en estas fábricas, Decathlon no ha firmado el acuerdo internacional impulsado tras la tragedia del Rana Plaza. Este pacto legalmente vinculante ya ha sido suscrito por más de 262 marcas y ha permitido implementar inspecciones independientes en cientos de fábricas de Bangladesh y Pakistán.
“La historia puede repetirse”, han advertido desde la Campaña Ropa Limpia, insistiendo en la necesidad de establecer leyes internacionales que obliguen a las marcas a responder por las condiciones laborales en toda su cadena de producción.