
Desde este 15 de septiembre, Vitoria-Gasteiz ha activado oficialmente su nueva Zona de Bajas Emisiones (ZBE), una medida que busca reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida en la ciudad. La concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, ha señalado que se trata de un avance significativo en las políticas locales de movilidad sostenible. “Damos un paso importante porque este Ayuntamiento desde hace mucho tiempo ya viene trabajando en políticas de movilidad con el objetivo claro de mejorar la calidad de vida de las personas que vivimos en Vitoria-Gasteiz”, ha declarado.
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Una obligación legal con enfoque local
La ZBE, además de responder a una normativa estatal, se implementa con “una visión de oportunidad”, ha explicado Artolazabal, quien ha insistido en que este proyecto nace “del acuerdo, del diálogo”, y cuenta con “gran apoyo social y también político dentro de la corporación”.
Para reforzar su argumento, ha mencionado otros ejemplos: “Madrid Central lo puso en marcha y tenemos datos objetivos que nos dicen que se han reducido las emisiones de dióxido de nitrógeno entre un 18 y un 20 por ciento. En Barcelona también se ha producido una reducción del tráfico entre un 11 y un 15 por ciento”.
Medidas suaves, pero con efecto
Según la concejala, la nueva ZBE no supondrá cambios drásticos para la mayoría de personas, ya que se aplica en una zona que “ya tenía restricciones importantes tanto en el Ensanche como en el Casco Medieval”. Aun así, se espera que contribuya a “mejorar nuestra calidad del aire y nuestra calidad de vida”.
Periodo de adaptación: multas sí, pero aún no se cobran
Aunque las sanciones comenzarán a emitirse desde hoy, no se harán efectivas hasta el 15 de diciembre, dando así margen para adaptarse. “Vamos a dar un periodo de adaptación a las personas que no cumplan los requisitos”, ha subrayado Artolazabal.
Las sanciones serán similares a las aplicadas en otras capitales: 200 euros, con posibilidad de reducción a 100 euros por pronto pago.
Vehículos afectados y excepciones previstas
Se estima que alrededor del 15% del tráfico podría verse afectado. La concejala ha recordado que los vehículos de gasolina matriculados antes del año 2000 no podrán acceder a la zona. “Estamos hablando de vehículos que tengan 25 años de antigüedad”.
Además, se han aprobado 12 exenciones temporales para permitir que transportistas y comerciantes puedan seguir trabajando en la zona sin cumplir los criterios ambientales durante un año.
Quienes residan en el Casco Medieval contarán con un periodo de adaptación de dos años.
También se han tenido en cuenta los casos de vulnerabilidad social y económica. Según Artolazabal, aquellas personas que cumplan criterios basados en el IPREM podrán beneficiarse de exenciones.
Motos, etiquetas y señalización
La concejala ha recordado que las motocicletas se rigen por las mismas etiquetas medioambientales que los coches. También ha aclarado que no será obligatorio llevar visible la pegatina de la DGT en el vehículo.
¿Aparcamientos disuasorios? No por ahora
Preguntada sobre nuevos aparcamientos disuasorios, Artolazabal ha afirmado que no están contemplados en esta legislatura, aunque considera que deberían abordarse en el futuro: “Creo que de cara a la siguiente legislatura debiéramos trabajar en un plan de aparcamientos disuasorios”.
El recurso del RAC Vasco Navarro
En relación con el recurso judicial presentado por el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN), Artolazabal ha defendido la solidez legal y social del proyecto: “Sabíamos que en otras ciudades había habido requerimientos o recursos y creo que lo hemos hecho con mucho rigor”.
“El objetivo es que esta Zona de Bajas Emisiones sea validada por los tribunales como una medida que cumple con todos los requisitos y que tiene sensibilidad social”, ha concluido.