«La sociedad las relaciones entre personas se rigen por normas, por ordenanzas municipales o por leyes»
Como foco y zona del mundo con más alto nivel de contagios respecto a la población Vitoria-Gasteiz ha visto muy de cerca la pandemia del Coronavirus. Además la capital vasca ha vivido desde el minuto cero la crisis con los primeros contagios y el primer cierre de los colegios de todo el estado. Entrevistamos al alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, para saber cómo lo ha vivido y cómo ve el presente y el futuro de la ciudad.
Nacido en Vitoria-Gasteiz el 21 de diciembre de 1973. Licenciado en Sociología por la UPV-EHU en dos especialidades: Sociología Urbana y Sociología Política. Especialista universitario en Migraciones (Posgrado UPV-EHU). Cuenta con el Diploma en Estudios Avanzados (DEA) del Doctorado en «Gobierno y análisis político comparados.» Funcionario del Departamento de Intervención Social del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz desde el año 2000. Procurador de las Juntas Generales de Álava en la legislatura 2007-2011 Alcalde de Vitoria-Gasteiz (2011-2015)
Pregunta – ¿Cómo estás?, ¿qué tal está tu familia?, ¿cómo estás viviendo estos días?
Respuesta – Pues bueno, afortunadamente de salud estamos bien, tanto yo como mi entorno, pero la verdad es que con un gran nivel de preocupación por el estado de la ciudad, teniendo en cuenta que el Covid y el Coronavirus ha pegado bien en Vitoria. Estos días, creo que más tranquilo porque la cosa parece que se va controlando, pero las primeras semanas eran de mucha preocupación porque no sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar al día siguiente: si nos íbamos a encontrar a cientos de personas en las puertas de los hospitales pidiendo ayuda, no sabíamos el efecto, tanto en extensión como en intensidad que iba tener el Coronavirus.
P – En un primer lugar vimos que la ciudad se paró, ahí es cuando nos dimos cuenta de verdad que había llegado aquí.
R- Desde el Ayuntamiento lo expliqué el viernes, habíamos estado tomando algunas medidas antes de que apareciera el primer caso, pero hemos de reconocer que, como en otros lugares del mundo, la dimensión del problema ha sido muchísimo mayor de la que se esperaban y nos hemos tenido que ir adaptando cada día a una nueva realidad que era, por cierto, distinta a la del día anterior. Esto hay que reconocer que ha sido así.
P – Es toda una prueba para medir la habilidad de gestión -y de improvisación- el intentar hacerse con el control de la situación, cuando nunca ha pasado algo igual.
R – Sí, porque es un fenómeno inédito, algo desconocido. No hay ningún manual en ningún sitio escrito sobre cómo actuar y, sobre todo, porque la realidad era cambiante. Cada día cambiaba la realidad y, por lo tanto, esto nos ha obligado en el Ayuntamiento a adaptarnos a un ritmo vertiginoso. Hay que hacer un esfuerzo y un trabajo muy superior al que habitualmente se puede hacer en un ayuntamiento que, ya de por sí, tiene mucho trabajo.
P – ¿A mayor gravedad mejor la respuesta de la ciudadanía?
R- Sin duda. Yo creo que la respuesta de la ciudadanía vitoriana ha sido ejemplar, verdaderamente ejemplar. Siempre hay excepciones, como en todos los sitios, pero lo vengo diciendo en los últimos días también: Vitoria ha actuado bien. Pero cuando hablo de Vitoria no hablo del Ayuntamiento, sino que hablo de toda la ciudad, todos hemos sumado para que podamos controlar la pandemia. Y desde luego mi reconocimiento a los profesionales del ámbito de la salud, pero también del ámbito sociosanitario, del ámbito de la limpieza, del ámbito de la alimentación, del ámbito de la seguridad de todos los ámbitos que han sido esenciales y sobre todo, del conjunto de la ciudadanía.
P – ¿No te parece curioso cómo ahora tenemos un montón de profesiones presentes?. Es como si la sociedad fuera más consciente de sí misma.
R – Yo vi el punto de inflexión en la primera semana de marzo. El lunes 9 de marzo tomamos la decisión de cerrar los colegios, centros cívicos, etcétera, pero el jueves 12 de marzo vi un punto de inflexión en el comportamiento ciudadano. Bares que decidieron cerrar al día siguiente, aunque todavía podían abrir…
P – La Kutxi
R – Sí, por ejemplo. Yo creo que eso es para poner en valor y para reconocer el grado de compromiso con una ciudad. Todos tenemos que arrimar el hombro para superar esta pandemia y que depende mucho de la disciplina de cada uno de nosotros en la observancia de medidas comunitarias, para que nos podamos proteger nosotros mismos y poder proteger a los demás. Ese día, el 12 vi que el pintxo-pote estaba prácticamente vacío y ahí estuve orgulloso de la ciudad. Y como bien dices tú, pues, “muchas profesiones”.
P – Es que además hay un efecto espejo: un ciudadano que se comporta como tal crea ciudadanos.
R – Sí.
P – Toca pensar el uno en el otro y desde ese punto de vista:¿cómo vamos a arreglar el palo económico que por ejemplo, que va a sufrir, sobre todo, el pequeño comercio?
R – Sin duda. Lo primero es la salud y garantizar el bienestar de la ciudadanía. Y eso pasa por proteger nuestra salud de este virus y también de tener garantizadas la cobertura de las necesidades más básicas, el bienestar social para todas las personas. Pero no cabe duda que, además de la salud y del bienestar social pues el Coronavirus y esta pandemia está teniendo efectos muy importantes en nuestra economía. Y como bien dices, hay sectores que llevan más de un mes cerrados sin poder realizar ningún tipo de actividad ni tener ningún tipo de ingreso.
Y ahí está el comercio local, está la hostelería, está la restauración, están los hoteles, el turismo. Muchas profesiones que hacen ciudad y que en estos momentos están completamente paralizadas y eso va a tener un impacto económico muy importante no solo en estos sectores que más están sufriendo la pandemia, sino también a nivel institucional, por cuanto que la recaudación y los ingresos de las administraciones se van a reducir de forma considerable.
P – De hecho, el presupuesto entero se ha dado la vuelta, ¿no?
R – El escenario actual es completamente diferente al escenario que teníamos a principio de año, cuando aprobamos el presupuesto y por lo tanto, ante un nuevo escenario y ante unas nuevas prioridades de la ciudadanía, pues el presupuesto tiene que adaptarse completamente a esta nueva realidad y a las prioridades de la ciudad. Está claro que -lo venía a decir- creo que tenemos ahora tres prioridades. Una es la proteger nuestra salud, otra es garantizar nuestro bienestar social, especialmente de las personas mayores y colectivos vulnerables. Y la tercera es el desarrollo de actividades o de iniciativas que despierten lo que relance nuestra economía.
P – ¿La sociedad también tendrá que cambiar?
R – Tiene que cambiar. Yo creo que está sirviendo para -tú lo decías- destacar el valor comunitario. Muchas veces utilizo esta expresión: en sociología había dos formas de distinguir la vida colectiva una sociedad y otra comunidad. En la sociedad las relaciones entre personas se rigen por normas, por ordenanzas municipales o por leyes. En la comunidad las relaciones se rigen por afectos y el cariño, por la solidaridad, por el compromiso social, por algo que te anima que no hay una ley que te obliga, sino que tú mismo, no por el cariño que tienes a los demás, por la solidaridad que muestras por los demás, por el afecto que muestras por la comunidad. Yo creo que eso está haciendo que Vitoria sea cada vez más comunidad y menos sociedad, y que donde las relaciones y los vínculos entre los vecinos y vecinas se rigen por ese afecto, por esa solidaridad y por ese deseo de que salgamos todos, sin dejar a nadie atrás.
P – ¿No piensas, Gorka, que esa es una de las mejores fórmulas para salir de la crisis económica? Porque una sociedad que funciona así es un motor que no va a parar nadie.
R- Evidentemente, cuanto más estemos todos trabajando por garantizar lo que es prioritario para todos -la salud, el bienestar social y la economía y la apuesta por la economía local-, pues cuanto más gente apostemos por esto, mejor. Yo coincido plenamente porque hecho también lo trasladaba el otro día. Probablemente ahora desde las instituciones se nos va a exigir un esfuerzo importante para colaborar o ayudar a los sectores económicos que más se están viendo golpeados por esta crisis. Las administraciones, en especial el Ayuntamiento, pues llegará donde pueda llegar teniendo en cuenta que su capacidad económica va a ser menor ahora que lo que se preveía inicialmente. Pero que no podemos dejar todo en las administraciones, sino que todos y cada uno de nosotros tiene que aportar su granito de arena. Que el Ayuntamiento pueda hacer algo por ayudar a los comerciantes de la ciudad, pero todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo muy importante que es consumir en los comercios de la ciudad, consumir en los pequeños comerciantes, en la hostelería, en los autónomos de Vitoria. Que el consumo que todos y todas hacemos durante los próximos meses pues se centre también en apoyar a nuestros sectores de la ciudad, en que nos defendamos y nos apoyamos a nosotros.
P – Quizá esto ayuda a darle sentido a la palabra consumir. Al final un consumo individualista nos deja solos. Pero esto que estamos viviendo, de sentir que estamos en peligro, nos ayuda a darnos cuenta que cuando compras en el pequeño comercio tienes un vecino que va a poder alimentar a su familia. ¿No crees?
R – Es verdad. Yo decía el otro día que tenemos que dejar de ser como esa sociedad, como una mera agregación de personas, en las que nos regimos por las normas, para convertirnos en comunidad. Decir que oye, no, no, aquí hay un compromiso que va más allá del cumplimiento de una norma, en mi forma de ser, en mi forma de entender las relaciones humanas, en las que tenemos que apostar por el respeto, por la solidaridad, por el apoyar a las personas que más lo necesitan y porque todos pongamos nuestro granito de arena para que podamos salir adelante.
P – Como un aplauso continuo. Es un aplauso de las 20:00 a todas horas.
R – Sí, y ese aplauso de las ocho se tiene que convertir en un montón de acciones, de agradecimiento, de reconocimiento, pero también de acciones en pro de los sectores económicos locales.
P – Hay una cosa que has repetido en tus intervenciones: “no son solo cifras”. A día de hoy más de trescientas personas han fallecido en Álava, y detrás de cada número hay una tragedia. A veces, se nos olvida que el hecho de que mueran 800 personas al día en España es una barbaridad. Creo que lo dijo Miren Larrión el otro día: “una persona es una tragedia, un millón es una estadística”…Sin embargo, son verdaderas tragedias, ¿no?
R – Claro, es que todas las personas que hemos pasado por la pérdida de un ser querido sabemos lo doloroso que es. Y yo me imagino encima que esa despedida no se pueda hacer físicamente, no se pueda hacer desde un abrazo, desde un beso, desde decirle todo lo que significa para ti esa persona, de decirle el agradecimiento de todo lo que le tienes que agradecer por todo lo que ha hecho por ti en la vida, de decirle que no le vas a olvidar nunca y que presente siempre sus criterios y sus consejos y sus recomendaciones. Todo esto de que a una persona que quieres que encima no la puedas despedir como se merece y como se desea, pues es muy, muy, muy duro. Y por eso, pues yo ya lo dije hace ya hace unas semanas a preguntas de un compañero de la prensa y lo dije también el viernes pasado, en la comparecencia: Vitoria-Gasteiz y yo como alcalde tengo muy claro que cuando pase todo esto -y cuando nos lo permitan las autoridades sanitarias-, tendremos que hacer un acto de reconocimiento y de despedida, como se merecen todas las víctimas del Covid. Porque no son una cifra, no son una estadística , sino que para cada uno de nosotros que hemos perdido a un ser querido, pues es un inmenso dolor. Y esto creo que se tiene que reconocer desde desde el Ayuntamiento también.
P – ¿Qué idea tienes para ese acto? ¿Se quedará en un acto, o quizá se convierta en una conmemoración a repetir cada año?
Bueno, estamos pensando qué es lo que se puede hacer. Lo que sí tengo muy claros es que tiene que ser un acto en el que la gente esté satisfecha de [sentir] que hoy aquí se ha recordado a las víctimas de la pandemia. Se ha recordado a las personas que ahora nos faltan en la ciudad y que -sobre todo los familiares y los allegados- tengan la tranquilidad de que se les ha despedido como se merecía y de que la ciudad no se ha olvidado de ellos y que los tiene muy presentes. ¿El formato? Pues no lo sé, pero sí que mi objetivo, mi idea, es que aquello que vayamos a hacer lo hagamos sabiendo que las familias piensen “nos sentimos en cierta manera aliviados porque hemos podido hacer un reconocimiento y una despedida como se merece.”
P – ¿Como un abrazo colectivo? ¿Podría ser también un homenaje a la colectividad?
R – Sí, al final este evento es una despedida de la propia comunidad, de esa comunidad que va a despedir a estas personas no porque esté obligados por una ordenanza municipal, sino porque realmente lo desean y porque quieren mostrar su cariño, su solidaridad. Acompañar en el dolor a las personas y familias que han perdido seres queridos. Y esto es lo que se pretende hacer. No te puedo decir ahora cuál será el formato. Pero bueno, esta es la idea, poder despedirles como se merecen.
P – La celebración de la Fiestas Blanca de este año dependerá de las autoridades sanitarias y Gobierno Vasco, EUDEL y Diputaciones se reunirán esta semana para hablar sobre ellas, ¿puedes avanzarnos algo?, ¿qué futuro vislumbras para las fiestas de este año?
R – Todo dependerá de las medidas que estén vigentes los próximos meses y de la intensidad de las mismas. En todo caso, como presidente de Eudel, abogo porque la decisión sobre la celebración o no de las fiestas y de eventos deportivos, sociales y culturales programados para los próximos meses se tomen de forma conjunta para todos los municipios de Euskadi. Es conveniente que apliquemos los mismos criterios en todos ellos. Es lo lógico y razonable. Por eso, el foro convocado por el Lehendakari para tratar éste y otros asuntos, me parece un acierto. Por ahora no puedo avanzar más.
P – ¿Tú añadirías al carácter de un político la capacidad de decir «perdón»? Después de saber que en muchos países, como decías antes, actuamos sin saber, por lo tanto, ¿no crees que parte de la responsabilidad de actuar incluye la de aceptar eso?
R – Sí, a ver, no sé si «perdón», pero sí reconocer que a veces uno se puede equivocar. Yo en este sentido me estoy imaginando cómo pueden estar líderes políticos con Trump o como [Boris] Johnson o como el presidente de México. Pues que bromearon con la enfermedad y no se la tomaron en serio y perdieron muchas semanas de trabajo. Yo no creo que haya sido el caso del Estado español en general, ni de Euskadi en particular. Yo creo que desde aquí se ha tomado muy en serio desde el principio esta pandemia que desde el primer momento en que surgió un caso se pusieron todos los recursos a su alcance para evitar la transmisión comunitaria. Que en el momento en que se vio que había -fíjate- en Vitoria 37 contagios por 100 mil habitantes, se decidió tomar decisiones tan drásticas como el cierre de los colegios o de los centros cívicos o del teatro. Hemos llegado a tener 500 contagiados por cada 100 mil habitantes. Y cuando estábamos en treinta y siete se tomaron esas medidas. Bueno, yo creo que por supuesto desde la política la política tiene que ser una política humana y el humano comete errores. Pero sinceramente, en esta cuestión, habremos acertado más o menos, pero siempre, desde el primer momento nos hemos tomado muy muy muy en serio la pandemia y nos hemos tomado muy en serio todas las medidas que había que adoptar para evitar su transmisión. Algunas pues probablemente no han sido del todo eficaces. Algunas, pues igual no han sido del todo correctas, pero no ha habido en ningún caso ningún mala fe, ni tampoco subestimar o infravalorar el daño de un virus, como quizás sí se ha hecho en otros países, como puede ser Reino Unido o Estados Unidos.
P – Parece que lo que ha hecho el Departamento de Salud es capear el temporal como podía, ¿se ha de reconocer que durante mucho tiempo han estado un poco perdidos? Se considera que el político que reconozca eso corre peligro de que le respondan que entonces no debería estar ahí. ¿Crees que es una práctica bonita reconocer que los políticos también son humanos?
R – Pero también te digo que yo creo que, en este sentido, con nuestros errores y con nuestros aciertos desde el principio nos lo hemos tomado muy en serio. Vitoria-Gasteiz fue la primera ciudad del estado en tomar medidas del estilo del cierre de colegios, del cierre de la Escuela de Música, de cierre de las escuelas municipales, de cierre de los centros cívicos, es decir, los primeros días costó un poco más pero al final el comportamiento de todos fue ejemplar.
P – ¿Estáis ya previendo la siguiente fase para que la gente esté tranquila y se les avise con tiempo de las medidas a tomar?
R – Sí, bueno, de hecho es otra de las cosas que anuncié el viernes. Para mí uno de los objetivos ahora es proteger la salud. Nosotros aquí empezamos a tomar medidas incluso antes de que surgiera el primer caso. El acopio de mascarillas que teníamos inicialmente era de 4.500, pensamos que serían suficientes y fíjate luego cómo ha sido. Eso lo teníamos en marcha antes incluso antes de que apareciera un caso en Vitoria. O sea que esas cosas las hemos ido trabajando y con nuestros aciertos y errores, insisto, pero creo que también hemos sido la primera ciudad que ha tomado decisiones importantes para evitar la transmisión del virus y también -el otro día las traslade al resto de corporación-, ya estamos trabajando para hacer un plan de contingencia ante una posible segunda oleada, que esperemos que no ocurra, pero que puede estar ahí.
P – ¿Aprender de lo que hemos vivido?
R – Exacto, sí.
P – Pedro Sánchez ha dicho hoy en el Congreso que los ayuntamientos van a jugar «un papel decisivo» en esta transición hacia la normalidad, ¿se ha comunicado ya al ayuntamiento en qué consistirá ese papel?
R – De momento, no tenemos información. Pero evidentemente el Ayuntamiento de VG, como el resto de instituciones, viene jugando un papel fundamental en la gestión de esta crisis y lo seguirá haciendo. Todos nuestros esfuerzos van encaminados a salir cuanto antes y lo mejor posible de esta crisis, y en concreto a responder tres prioridades: proteger nuestra salud, garantizar nuestro bienestar social y ayudar a nuestro tejido económico local.
P – ¿Crees que proceder a un desconfinamiento progresivo sin haber realizado tests a gran escala podría ser un error? (como la medida de dejar salir a los niños a la calle)
R – Creo que no soy la persona adecuada para responder a esa pregunta. Confío en que todas las medidas que se vayan adoptando en relación a un posible desconfinamiento progresivo, se harán observando todas las instrucciones de los expertos sanitarios para proteger nuestra salud y evitar repuntes de la enfermedad. También se nos ha advertido a toda la ciudadanía de la posibilidad de “desandar” los pasos a dar en un hipotético desconfinamiento en caso de que se active la propagación del virus.