Este lunes han empezado las obras para convertir Zabalgana en una nueva zona de «supermanzanas». El plan que tiene sobre la mesa el ayuntamiento es sustituir algunas de las largas avenidas del barrio por varias nuevas zonas verdes y de prioridad peatonal.
Las «supermanzanas» es un concepto arquitectónico que lleva implantándose más de 80 años en muchos puntos del planeta. De hecho, el primero en hablar de este término en España fue Salvador Rueda, presidente de la Fundación Ecología Urbana y Territorial de Barcelona, allá por 1987.
En algunos foros se afirma que Vitoria-Gasteiz fue la primera ciudad del Estado en crear una «supermanzana». Concretamente en 2007, cuando el gobierno municipal decidió sacar el tráfico rodado del Casco Viejo y crear zonas peatonales.
«Supermanzanas» en Vitoria
En la actualidad, lo más parecido que hay en Vitoria-Gasteiz a una «supermanzana» es el barrio de San Martín. Un espacio cuyo 72% de la superficie pertenece a los espacios de estancia y un 28% a la calzada. La media de la ciudad es menor, -56% de espacios de estancia y 44% de calzada.
En Judimendi también se ha utilizado el modelo de «supermanzanas». En la actualidad, la distribución de los espacios de estancia es del 51% y de calzada de 49%. Por lo tanto es menor que la media de la ciudad que se sitúa en 56% de espacios de estancia y 44% de calzada. La distribución porcentual del espacio peatonal es de 36% y de 64% de calzada, dato que coincide exactamente con la media de la ciudad.
La primera «supermanzana»
La primera vez que se puso sobre la mesa la creación de una «supermanzana» fue en la década de 1940 durante la renovación urbana en los Estados Unidos. La idea inicial sigue siendo la misma que el concepto actual. Se trata de espacios urbanos que, a diferencia de una manzana tradicional, son peatonales y ajardinadas donde se desarrollan diferentes actividades de ocio y con un tráfico limitado. Su tamaño es menor que la de un barrio tradicional.
En Barcelona, donde en vez de «supermanzas» las han bautizado como «Superilles», han llegado para quedarse. Al principio se levantaron muchas críticas por los cortes de tráfico, pero finalmente ha conseguido el aprobado de los vecinos y comerciantes. El objetivo de la creación de estas zonas urbanas es recuperar para la ciudadanía una parte del espacio que actualmente ocupan los vehículos privados además de conseguir un espacio público saludable, con más verde, más justo y seguro, que favorezca las relaciones sociales y la economía de proximidad.
Con este tipo de diseño también se quiere fomentar la creación de zonas de velocidad reducida, que al cuidar con esmero la señalización y todos los factores psicológicos que inducen a la moderación de la velocidad de los conductores, permiten conciliar la circulación, la actividad en la vecindad, la vida social y la seguridad en las zonas urbanas en las que predomina la vivienda.
Salvador Rueda
Una de las personas que más entiende sobre las «supermanzas» y arquitectura urbana es Salvador Rueda, director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona y autor de varios libros y artículos científico-técnicos y de divulgación especializada sobre medio ambiente urbano. Rueda explicó en un coloquio organizado por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles, «las supermanzanas son nuevas células urbanas de unos 400 o 500 metros de lado, en donde la periferia se articula como si fueran vías básicas. Conectadas unas con otras nos da una red que está pensada para el vehículo de paso, para el que quiera ir lo más pronto posible de un lado a otro de la ciudad. Pero el interior lo transformamos. Son áreas de 10 km/h, donde pueden jugar los niños, donde las personas invidentes pueden deambular seguras. En donde se pueden hacer todos los usos que la ciudad nos permite. Y que en la situación actual no nos lo permite la motorización. Con las supermanzanas liberamos en una ciudad, en el caso Barcelona, el 70% del espacio que hoy ocupa la motorización«.
«Con lo cual, las supermanzanas se nos revela como ese módulo que, dispuesto uno al lado del otro, nos permite generar redes de transporte perfectamente sincronizadas: el transporte público, el coche, el viaje a pie, la bicicleta… todo encaja. Pero sobre todo además encaja que cuando tu coges la supermanzana en sí misma, puedes hacer un proyecto urbanístico de transformación. Y nosotros proponemos hacerlo a través de nuestro desarrollo teórico que se llama el urbanismo ecológico«.