
OPINIÓN | El Ayuntamiento de Gasteiz, encabezado por el alcalde, el concejal de movilidad y el consejo, que permiten la nefasta gestión del transporte urbano que afecta a los derechos laborales, de salud y de seguridad de la plantilla, pone en riesgo la seguridad tanto de las personas usuarias como de la ciudadanía en general.
La mala gestión de los responsables de Tuvisa implica el incumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores. No se conocen las condiciones precisas del servicio, más allá de las líneas y del número de vehículos. Se desconoce si se han establecido requisitos específicos para la calidad del servicio que se presta a la ciudadanía y las condiciones en las que los trabajadores realizan su actividad.
El servicio es claramente deficiente en personal. Las cuentas no cuadran, especialmente cuando las contrataciones necesarias para llevar a cabo el servicio diario solo se realizan cuando están bajo presión. El consejo de administración no exige condiciones específicas para el personal necesario para el cumplimiento de la medida, lo que no garantiza el cumplimiento de unas condiciones laborales mínimas.
Los autobuses que operan en las líneas están en mal estado, con rampas de acceso para sillas de ruedas que no funcionan, puertas que no se cierran correctamente o se vuelven a abrir. Si hablamos de los autobuses híbridos (de gran tamaño pero en mal estado), están dando problemas muy graves, como detenerse en plena marcha, lo que podría causar un accidente. La empresa considera que estos son fallos normales. Todo esto y más afecta el mantenimiento de los vehículos, lo que pone en peligro su seguridad. A pesar de que hay 7 mecánicos en activo que hacen todo lo posible para mantener una flota de unos 90 autobuses en unas condiciones mínimas, sigue siendo insuficiente.
Lo más preocupante es el estado de la plantilla, que presenta cansancio generalizado y síntomas de estrés y ansiedad. La empresa no respeta sus turnos de descanso y los trabajadores llegan a trabajar hasta 12 horas diarias. Si se le pregunta a la empresa, negarán que esto sea cierto y si alguien trabaja esas horas (el servicio a Baskonia y Alaves, se realiza muchas veces con personal que ya ha trabajado su jornada de 8 horas), no sustituyen al trabajador que está de baja laboral a tiempo.
Los tiempos de recorrido de los trayectos son muy ajustados, lo que obliga al conductor o conductora a realizarlos a una mayor velocidad. Todo esto se debe a que no se ha evaluado la regulación semafórica en varios puntos, especialmente donde coincide con el paso del tranvía.
Ahora mismo, para mejorar esos tiempos, estaría bien aumentar el número de autobuses, especialmente en las líneas 4 (14.77% de pasajeros), 5 (13.15%), 7 (11.06%) y 10 (9.75%), ya que el precio está bonificado, en comparación con el 10.75% del BEI en enero de 2023. Sin embargo, todo esto supone un riesgo para la salud y la seguridad tanto de los propios conductores y conductoras, como de los pasajeros de los autobuses urbanos y de la ciudadanía en general.
La empresa no facilita de manera transparente la información que por ley está obligada a proporcionar al Comité de Empresa, no respeta la legislación laboral, se niega a proporcionar información y documentación a la representación legal de los trabajadores, no respeta el derecho de los trabajadores a conciliar su vida personal y laboral, asignándoles turnos sin respetar descansos y cambios de turno irresponsables. Además, algo que es indignante en mi opinión, es que la empresa ni siquiera responde cuando un trabajador o trabajadora envía un escrito o un correo electrónico consultando algo relacionado con su puesto de trabajo, su nómina o sus derechos.
Todo esto está haciendo que muchas personas contratadas para trabajar en la empresa aguanten solo lo justo y en cuanto tienen la oportunidad, se van a otro trabajo. Antes, muchos trabajadores y trabajadoras estaban contentos con encontrar trabajo en Tuvisa, pero ahora, cuando comienzan a trabajar, ven lo que hay y se van.
La corporación municipal, que ha pasado por el Ayuntamiento de Gasteiz, conoce toda esta situación, pero está ignorando deliberadamente la situación del servicio de autobuses urbanos y de las personas trabajadoras de la empresa.
Como se publicó en Gasteizberri en julio de 2022, la falta de trabajadores está causando problemas entre los usuarios y empleados, a pesar de que la empresa tiene una bolsa de trabajo con casi 1.000 personas. Estas personas se desactivan o se apuntan para contratos de larga duración, pero no pueden ser contratadas.
Y luego viene algún medio de comunicación, como Cadena Ser, que hasta ahora consideraba serio, para dar el siguiente titular: «117 quejas ciudadanas sobre los chóferes de TUVISA por mala actitud, conducción imprudente y no parar al levantar la mano». ¿Hasta dónde hemos llegado para que se den noticias a medias y sin contrastar? Habría que invitar a la periodista redactora de la noticia a que emplee unas horas de su tiempo, viajar unas jornadas acompañando a los conductores y conductoras durante todo un turno y ver la realidad.
Empezamos mal el año y veo que no habrá oportunidad de mejorar el anterior, mientras la demanda de viajeros sigue aumentando. Tuvisa tiene unos horarios insuficientes, y esta vez no es solo por la falta de personal, sino también por la falta de recursos materiales. En muchos momentos y días, no hay suficientes autobuses, y si se saca el trabajo adelante, es gracias al esfuerzo tremendo que vienen realizando todos los trabajadores de Tuvisa en los últimos años, donde la falta de planificación, previsión y dejadez ha sido evidente.
Y ahora preguntaría al Ayuntamiento, donde está aprobado la compra de 20 autobuses entre este año 2023 (por favor que sean mejor que los híbridos) y el próximo 2024, salió publicado el 22 de diciembre, pero lo tenían que haber publicado el 28 de ese mismo mes, el Ayuntamiento no intenta hacer “comulgar con ruedas de molino”.