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No faltan conductores, sobran malos gestores

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Detalle de un conductor de autobús. Fotografía de Depositphotos.com

Dicen que no se encuentran conductores/as, pero no dicen o no se acuerdan de las malas condiciones, sobre todo laborales, que se les ofrecen a las personas profesionales, por ejemplo, para trabajar en Tuvisa. Podemos preguntarnos por qué muchos conductores y conductoras se van de una empresa pública donde, hace años, quien entraba a trabajar no se iba por nada del mundo, y ahora, en cambio, se van a trabajar a empresas privadas.

Contratación temporal y precariedad

Lo que pretende Tuvisa es contratar de forma temporal a personas jóvenes, con unas condiciones laborales que dan risa: jornadas tan nefastas que la mayoría de los días no saben el turno de trabajo del día siguiente, no tienen horarios ni turnos fijos e incluso, a veces, no respetan el descanso entre jornadas. De esta manera, a ver quién es «guapo/a» que puede conciliar la vida familiar; precariedad e imposibilidad de conciliación son la tónica en la empresa. Además, ningún mes vas a saber cuánto cobrarás, porque, como puedan y si no te quejas, te quitarán algún plus y a esperar a que no te enteres.

Inestabilidad y falta de certeza salarial

Hace unos días, solicitaban ampliar la bolsa de contratación, una más desde la última OPE que se celebró en 2013, es decir, hace 10 años. Con esta próxima ampliación, irán 8, y la anterior fue hace un año. Si ahora disponen de bolsas llegando ya casi a los 900 profesionales, ¿pero por qué sucede esto? La explicación es muy fácil: la mayoría, y más si tienen un trabajo, se activan con unos parámetros lógicos, es decir, para contratos de larga duración, a jornada completa y con el tiempo necesario para poder avisar en la empresa en la que esté dando los plazos legales. Una pregunta, ¿a que no tienen problemas para cubrir las prejubilaciones? Pues no, porque son puestos más estables y no de unos pocos días.

Esta es la última oferta de empleo para 20 vacantes publicada en Infojobs: Descripción

  • Conducción de líneas de autobús urbano diurno y cobranza de títulos de viaje. Atención al público viajero.
  • Horario: Turnos de mañana y tarde.
  • Experiencia mínima: no requerida.
  • Tipo de contrato: de duración determinada, jornada completa.
  • Estudios mínimos: Educación Secundaria Obligatoria.
  • Carnet de conducir tipo D y CAP.

Cuando yo miré, ya había 159 personas inscritas.

Imagen social y formación insuficiente

Por otro lado, por lo que hablo con conductores y conductoras de Tuvisa, es una profesión hoy por hoy poco atractiva (especialmente por la falta de vehículos adecuados para realizar los servicios, los horarios tan ajustados que están provocando muchas bajas laborales) y además suele coincidir en que su imagen social está muy devaluada respecto al pasado, a pesar de que, en teoría, los conductores/as de hoy tienen mejor formación cuando se sacan los carnets. Sin embargo, también hay una barrera económica. Obtener una licencia cuesta entre 4.500 y 5.000 euros, a lo que hay que añadir un curso adicional para obtener el certificado de aptitud profesional (CAP) que requiere bastantes horas de dedicación.

En la provincia de Málaga tienen dificultades para cubrir la demanda turística. En total, en toda España, se necesitan 6.000 conductores, pero claro, en zonas turísticas, para 3 o 4 meses y, ¿luego qué? No es de extrañar que si encuentran cualquier otro trabajo pasen de conducir un autobús.

Este comentario de un trabajador aparece en un periódico de Málaga: “Estimados señores, no hay falta de conductores, hay falta de empresas decentes y legales, decentes en el trato y legales en las condiciones de trabajo, horas extras, dietas… Lo que realmente quieren las empresas son esclavos, esclavos trabajando de 14-16 horas diarias y en su día libre le dan un autobús de disco o una VTC y a seguir trabajando, por un sueldo mileurista con un convenio que no se cumple, por unas condiciones de trabajo de estrés, falta de descanso, atascos, gerente de las empresas metiendo presión… Quieren esclavos, baratos y que cobren poco. Así de triste se ha convertido esta profesión, Conductores de autobuses = esclavos.”

Eso sí, siempre algún «experto» que dice que al problema se le añade es que cada vez son menos los jóvenes que están interesados en esta profesión porque es un trabajo donde muchas veces hay que trabajar los fines de semana y la gente joven no quiere eso, y busca otros trabajos, como Michelin, Mercedes, hospitales, seguridad, hostelería y un largo etcétera, donde parece ser que no trabajan los fines de semana. Pero claro, es mejor echar la culpa a los demás de la falta de buenos gestores/as, que sepan cómo organizar sus propias empresas.

Ya no hay estabilidad en el empleo y las plantillas. Se ofrece una contratación fija y estable y apenas hay movilidad. Solo hay que recordar que en Tuvisa hay personas trabajando sin puesto fijo desde aproximadamente el año 2000, y que ahora, vía Tribunales de Justicia, están consiguiendo tener un contrato fijo, debido a todas las irregularidades detectadas en una empresa que debería ser más seria de lo que es.

Según me han contado varios conductores y conductoras que han durado muy poco en Tuvisa, es que te dejan todas las decisiones en sus manos por parte de los responsables/as, y ello hace que muchas veces tengas muchas quejas, broncas, llegando incluso a agresiones verbales que han requerido presencia policial. Alguno/a ya me ha dicho que prefieren mil veces trabajar en la empresa privada llevando niños/as y jóvenes a estudiar o personal a trabajar, que al fin y al cabo, te tratan con más respeto.

Si se quiere mejorar la situación, en mi opinión, desde el Consejo de Administración (aunque, viendo quién va a ser el “presi,” lo dudo, porque por donde pasa deja “huella”), se tendrían que tomar decisiones drásticas. Esto marcha realmente mal y alguien tiene que ser responsable del desastre y del derroche, malgastando dinero a “diestro y siniestro”. Aunque claro, el propio Consejo es responsable de todo ello, y supongo que el próximo será continuista, y todo irá a peor. De ser una ciudad orgullo nacional e internacional, a tener el peor transporte público del universo entero.

Y veo pocos ciudadanos que se quejen, exceptuando aquellos que dicen que el conductor va a mucha velocidad. Aunque hay que reconocer que algunos pocos se quejan del estado de la flota y de la cantidad de pasta que se invierte en «cinta americana».

Los conductores enfrentan muchas presiones externas, pero a menudo tienen relativamente poco control sobre su entorno, una combinación que convierte a la conducción de autobús, como afirma la revista Journal of Occupational Health Psychology, en “un clásico ejemplo de una ocupación de alto estrés”. Un psicólogo holandés, al notar las demandas competitivas para mantener el horario, conducir de manera segura y satisfacer a los pasajeros (para quienes el viaje en autobús ideal ha sido maravillosamente clasificado como“placentero sin ser extático”), ha descrito una especie de dilema sartreano: Cumplir el horario conduciendo de manera más imprudente o conducir de forma segura e irritar a los pasajeros. «Cualquiera que sea la alternativa que el conductor adopte, sentirá constantemente una sensación de insatisfacción consciente o subconsciente».

Fotografía cortesía de Depositphotos.com

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