El recién nombrado concejal de Seguridad Ciudadana, César Fernández de Landa, enfrenta una nueva crisis en su área. Tras las recientes huelgas de celo y las bajas masivas de la Policía Local, ahora son los bomberos quienes han iniciado un encierro en el parque de Vitoria-Gasteiz, en protesta por las carencias y la falta de recursos en el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS).
El colectivo de bomberos, junto con el comité de personal, ha denunciado públicamente la situación del servicio, al que califican como «obsoleto» y «desatendido». Tras suspender movilizaciones en octubre por las inundaciones en Valencia, donde colaboraron en las tareas de rescate, los bomberos han retomado las protestas con un encierro del 18 al 20 de diciembre, seguido de cinco jornadas de huelga que comenzarán el día 23.
Falta de adaptación a la nueva ley y problemas estructurales
Según explican, el SPEIS no ha avanzado en la adaptación a la nueva Ley de Servicios de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento, aprobada hace un año por el Gobierno Vasco. Aunque el plazo para cumplir con la normativa aún está vigente, los bomberos consideran urgente iniciar los trabajos necesarios para ajustarse a sus exigencias. Entre las demandas también figura la realización de una valoración de puestos de trabajo (VPT) que llevan años reclamando para toda la plantilla del Ayuntamiento, así como un incremento del personal para garantizar un servicio adecuado.
El parque de bomberos, construido hace más de 50 años, se encuentra en un estado de deterioro significativo. «Es evidente que necesita una transformación importante o su sustitución por uno nuevo», afirman. Según el colectivo, el exconcejal de Seguridad, Gurtubai, prometió hace más de un año la visita de un equipo de arquitectos municipales para diseñar una remodelación, pero esa promesa no se ha materializado.
Condiciones laborales y seguridad, en entredicho
La prevención de riesgos laborales es otro de los puntos críticos señalados por los bomberos. Reclaman un plan renovado y actualizado que garantice la seguridad no solo del personal operativo, sino también del de limpieza y mantenimiento. Aunque reconocen algunos avances, estos son insuficientes y fruto de reclamaciones o denuncias interpuestas en Osalan y la Inspección de Trabajo.
«El servicio avanza por pura inercia, sin un plan a medio-largo plazo», critican, acusando al Ayuntamiento de inacción. Aseguran que la solución no puede depender únicamente de concentraciones en la plaza o denuncias en los tribunales.
Una negociación urgente para evitar el colapso
Los bomberos emplazan al Ayuntamiento a abrir una negociación para abordar las reclamaciones pendientes. «Si no hay avances, continuaremos con las medidas de presión, ajustándolas según lo que decidamos en asamblea», advierten. Insisten en la necesidad de una apuesta ambiciosa para transformar el servicio, con incrementos en recursos económicos y humanos que permitan garantizar un servicio moderno y eficiente.
