
Desde ayer, el 25 de agosto, un grupo de personas de Gazarako Mugimendu Globala Euskal Herria mantiene en Vitoria-Gasteiz un encierro-ayuno que se alargará hasta el viernes 29. Durante estos días, además de la acción de ayuno, se están celebrando distintos actos culturales y de protesta en la ciudad. La iniciativa pretende mostrar solidaridad con Palestina y denunciar la situación que vive la población en Gaza.
Denuncias y reivindicaciones
Las y los organizadores explican que quieren denunciar “la cruel situación por la que atraviesa Palestina en general y Gaza en particular”. Reclaman el fin del asedio ilegal y la entrada inmediata de ayuda humanitaria, con alimentos, medicamentos, agua y electricidad, para poner fin al hambre y al desabastecimiento de la población civil. También piden que “finalice el holocausto que desde el estado sionista de Israel se está ejerciendo en Palestina”, que se respete el derecho a constituir un estado libre y que las personas expulsadas puedan regresar.
En el ámbito local, solicitan al Gobierno Vasco que rompa toda relación comercial, institucional o de otro tipo con Israel, y exigen que las industrias vascas, tanto militares como civiles, dejen de comerciar con ese país, citando de forma expresa el caso de CAF. La crítica se extiende a entidades financieras como Kutxabank, BBVA y Santander, a las que acusan de financiar operaciones que benefician a Israel.
Actos previstos y apoyos
El programa de actividades se desarrolla durante toda la semana con charlas, encuentros y diferentes acciones reivindicativas. El encierro-ayuno finalizará el 29 de agosto con una manifestación que partirá a las 12:30 horas desde Artium Museoa.
La convocatoria cuenta con el apoyo de Gure Haurrak ere Badira, Poetas en Mayo con Elisa Rueda y Sanitarias con Palestina, además de numerosos movimientos sociales de la ciudad. También han querido mostrar su respaldo a la Global Sumud Flotilla, iniciativa internacional en la que participarán personas de 44 países y que en los próximos días partirá hacia Gaza.
Las personas participantes resumen el espíritu de la protesta en una frase: “El silencio no es una opción”.