Hoy lunes, y tras diez años de instrucción de la causa, se ha celebrado la primera vista del caso Iruña-Veleia, en la que el geólogo Óscar Escribano, imputado por un delito sobre el patrimonio histórico y estafa, ha alcanzado un acuerdo con la Fiscalía y la DFA gracias al cual eludirá la cárcel.
La Fiscalía de Álava solicitaba para Escribano una pena de tres años de prisión y una multa de 24 meses por un delito sobre el patrimonio histórico y una pena de dos años y seis meses por estafa. Por su parte, la DFA pedía para el geólogo tres años y nueve meses por un delito continuado de daños al patrimonio histórico.
De este modo, Escribano ha acordado una pena de prisión de un año por un delito contra el patrimonio histórico y una multa de doce meses con una cuota diaria de seis euros. Deberá, a su vez, abonar al Gobierno Vasco la cantidad de 300 euros por la pieza dañada y a la Diputación Foral de Álava otros 300 por los gastos de inversión en el yacimiento.
El propio Escribano ha reconocido, como ya hiciera hace diez años, que la inscripción que realizó con un punzón “no fue más que una broma”. “Estoy contento de haber llegado a un acuerdo manteniendo lo que dije desde un principio y ponerle punto y final a este dilatado y duro proceso para poder seguir adelante con mi vida”, ha concluído el geólogo.
Uno de los acusados por falsear la historia del cristianismo creó un grafiti con un punzón