Llevan toda la vida en nuestras calles pero pasan muy desapercibidos. Los vemos entre los árboles, bancos y papeleras que rodean el paisaje urbano de nuestras ciudades y pueblos pero nunca nos paramos a pensar cuál es su función ni desde cuándo están ahí. Nos referimos a los buzones amarillos y verdes (casi militar) que Correos tiene repartidos por todo el país. Sobre esos últimos, los verdes, muchos se habrán fijado ya que ahora, en Vitoria-Gasteiz, ya son azules. Por cierto, a esas cajas verdes, ahora azules, se les llama “buzón de alcance”.
Este cambio de color se ubica dentro de la nueva imagen que la empresa pública que más empleados tiene en España lleva realizando en los últimos meses. El objetivo: modernizar e impulsar su imagen en una era en la que el trasporte postal ha vuelto a estar de moda.
Esta nueva imagen incluye el cambio de color de los denominados buzones de alcance, o como se les conoce entre la plantilla, “casilleros”, que pasan de ser verdes a azules. Los buzones del histórico color amarillo también se han vuelto a pintar del mismo color y con el nuevo logo.

Estos “casilleros” azules no son para el uso de los clientes, solo son para el uso de las trabajadoras y trabajadores y su función es ser un punto de recarga para las y los carteros.
¿Cómo funcionan los buzones de alcance?
Todo comienza con el inicio de la jornada de las personas repartidoras. Primero separan lo que envían a los buzones de alcance y lo que tienen que llevar en el carrito o cofre. Después, cuando las y los repartidores están en marcha acuden al buzón de alcance para coger los envíos allí depositados para llenar el carro y continuar el reparto.
Datos que no sabías de Correos
El logotipo de Correos consiste en una corona real española sobre una corneta de posta. Fue diseñado por José María Cruz Novillo en los años 70, y simplificado dos veces desde entonces: una en los años 2000 y otra en 2019.
Fue la primera compañía estatal española y de la Administración en incorporar mujeres a su personal. En 1881 empezó a trabajar la primera mujer telegrafista a la que se unieron, un año después, 40 más. En 1909 se convocaron las primeras oposiciones a auxiliares femeninas de Telégrafos y obtuvo plaza Clara Campoamor, la principal artífice del reconocimiento del sufragio femenino en España.
En la Edad moderna, bajo el reinado de los Austrias, la administración del servicio se arrienda a particulares y Correos empieza a tener una estructura más homogénea con cierta semejanza a la actual. A partir de 1506, Felipe I de Castilla convierte en beneficiario del monopolio postal a Francisco de Tassis, quien implantó el sistema y la organización que él mismo explotaba en Alemania. Juan Francisco de Goyeneche, marqués de Ugena, fue el último arrendatario del servicio postal.
En 1991, el Estado separó la Caja Postal de las actividades exclusivamente postales de Correos y Telégrafos, para incluirla en una corporación compuesta por diversas entidades bancarias públicas que se denominó Argentaria y se privatizó en dos fases (1993 y 1998), aunque un acuerdo de 1992 permitió seguir prestando el servicio de Caja Postal en las oficinas de Correos.