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Genios, simas y niebla, la mitología que aún respira en Álava

Álava guarda en sus montes y simas huellas de un mundo antiguo. Recorremos los rincones donde, según la tradición, aún habitan genios, luces extrañas y voces que no tienen cuerpo.

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dolmen

En Álava, hay lugares donde el viento no solo sopla, sino que también susurra. Donde las simas no solo se abren al abismo, sino que custodian presencias. Donde las piedras no son solo parte del paisaje, también dan testimonio.

La mitología vasca ha dejado en nuestro territorio una huella invisible pero persistente, que aún late en los nombres, las leyendas y los rincones que el ruido moderno ha querido borrar.

La sima de Oiquina y los dominios de Mari

Dicen que Aari, un genio subalterno de Mari, habita en la sima de Okina. Nadie lo ha visto, pero los pastores de la zona sabían que allí no se alzaba la voz ni se lanzaba una piedra sin permiso. La ofrenda era la forma de pedir paso. Aari no es el único. En la cueva de Lezao, en la sierra de Entzia, vive Amilamia, otro ser que forma parte de esta geografía sagrada que es Álava.

Piedras que no son solo piedras

En Eguilaz se levanta Aizkomendi, dolmen ancestral que guarda más que huesos: guarda un silencio cargado. En el valle de Kuartango, los túmulos de Almora, Armura y Armorkora parecen colinas comunes, pero bajo ellos se han desenterrado dólmenes que todavía hoy despiertan recelo y reverencia.

También el dolmen de Sorginetxe, en Arrizala, recibe el nombre de “la casa de las brujas”. Allí, el viento tiene eco antiguo.

Donde la tormenta nace

En Arreo, dentro del municipio de Ribera Alta, hay un lago que no es solo agua. Dice la leyenda que de su superficie emergían las nubes que luego traían la tormenta. Esta tradición, que aún perdura en el valle de Kuartango, señala que algunos lugares no son solo geografía: son origen.

Divinidades que cruzan el tiempo

En la comarca de Bernedo, se menciona a Baelisto, una divinidad de época romana. Y en Artziniega, Sandao Vimburo da nombre a otro ser que permanece en el borde entre la historia y el mito. Incluso en Dulantzi, Tulonium aparece como presencia inscrita en el pasado.

Tartallo y el puente entre mundos

Entre Alangua y Egileor, aún se nombra a Tartallo, un término que da nombre a un puente. Dicen que allí vagaba Tártalo, el cíclope de la mitología vasca. No todos los caminos cruzan ríos: algunos cruzan relatos.

Montañas que vigilan

Zaldiaran, una de las cumbres de los montes de Vitoria-Gasteiz, también forma parte de este paisaje cargado. Allí, según el glosario mitológico, se ubican relatos donde los genios no son metáfora: son explicación.

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